Han pasado más de dos años de que la Asamblea General Politécnica (AGP) y el gobierno federal acordaron celebrar el Congreso Nacional, el cual revisará el funcionamiento del Instituto Politécnico Nacional (IPN). A algunos miembros de la comisión encargada de organizarlo les preocupa que pase el tiempo y no se lleve a cabo. En la mente tienen un antecedente: el Congreso Universitario (CU) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), celebrado en 1990, tres años después de que fue aprobado y no consiguió hacer grandes cambios en esa casa de estudios.

El CU nos dejó muchas enseñanzas, afirma Donovan Garrido, uno de los estudiantes del IPN que participan en la organización del encuentro. La principal es que si el tiempo sigue pasando, el momento histórico que tuvimos en 2014, cuando se acordó el Congreso Nacional Politécnico (CNP), cambiará. Ya está modificándose y nuestro mayor reto es involucrar a la comunidad.

Entre ambos procesos hay paralelismos y diferencias. Por ejemplo, tanto el congreso de la UNAM como el del Poli son producto de un movimiento estudiantil. El de la universidad fue resultado de la oposición del Consejo Estudiantil Universitario a reformas a los reglamentos que fueron aprobadas por el Consejo Universitario en 1986. El del IPN se pactó al finalizar el movimiento que condujo la AGP en contra de un reglamento avalado por el Consejo General Consultivo del instituto en septiembre de 2014.

Otra característica en común es que se conformaron comisiones organizadoras para poner las reglas con que funcionarían los congresos y los temas que en ellos se tratarían. La comisión organizadora del CU o Cocu, como se llamó, tuvo 48 integrantes, 32 de ellos electos en votaciones en que participaron estudiantes, investigadores y profesores. El resto fue designado por autoridades universitarias. En la votación celebrada en diciembre de 1987 en la UNAM para elegir a la Cocu participaron 56 por ciento de los 305 mil alumnos que entonces estaban inscritos, así como seis de cada 10 profesores de la universidad, que tenía poco más de 26 mil, y 85 por ciento de investigadores, que en total eran 2 mil 634.

En el Politécnico el organismo encargado de llevar a cabo el encuentro es la Comisión Organizadora del Congreso Nacional Politécnico (Cocnp). Se instaló en julio de 2016 con 221 integrantes, luego de que en los meses previos se habían celebrado elecciones en el IPN para seleccionar maestros, estudiantes y trabajadores que la integrarían, junto con cinco representantes de la AGP y 10 de las autoridades. Las elecciones, de acuerdo con fuentes del IPN, tuvieron baja participación, y en algunas escuelas ni siquiera se apuntaron suficientes candidatos para representar a su comunidad en la Cocnp, por lo que tuvieron que emitirse nuevas convocatorias.

A los integrantes de la Cocu les llevó tres años organizar el congreso. Sus sesiones tuvieron dificultades y rompimientos entre sus integrantes por desacuerdos en torno a las normas para crear el congreso.

En el Politécnico también hay dificultades para avanzar rumbo al congreso. Desde que la Cocnp se instaló, sus integrantes no han caminado rumbo a los trabajos de organización del CNP, pues los grupos y sectores que la conforman han estado enfrentados en torno a asuntos como las reglas con las cuales trabajarán.

El Congreso Universitario se instaló el 14 de mayo de 1990, con 846 delegados electos en la universidad. El congreso del IPN no tiene fecha para celebrarse, y sus trabajos de organización están prácticamente detenidos desde el último trimestre del año pasado por los desacuerdos entre los miembros de la Cocnp.