El científico José Rubén Guzmán Gutiérrez analiza el tema en reunión de la AMC
La extinción también coincide con la era de hielo, explica el especialista de Aguascalientes
Refiere enfermedades e impacto de asteroides, entre otras razones de la desaparición de animales
Martes 3 de enero de 2017, p. 6
Hace 10 mil años, cuando los primeros seres humanos comenzaban a poblar el continente americano, se extinguieron diversas especies de megafauna en México, como los perezosos, armadillos gigantes, mamuts, mastodontes, gonfoterios, caballos, camellos, osos, berrendos, capibaras, bisontes, felinos y cánidos, de los cuales se han hallado fósiles. No hay una razón que explique su desaparición, más bien, los paleontólogos consideran que fue un conjunto de variables lo que ocasionó su muerte.
La megafauna pleistocénica estaba compuesta por mamíferos y vertebrados de un peso mayor a 50 kilos. En Norteamérica las extinciones se concentraron en alrededor de 80 especies de los géneros Xenarthra, Dasypodidae, Dasypus, Glyptodontidae, Glyptotherium, Megalonychidae, Megalonyx, Megatheriidae, Eremotherium, Northrotheriops, Mylodontidae, Glassotherium, Pampatheriidae y Holmesina, entre otros.
Cambio climático, enfermedades, impacto de asteroides y llegada de grupos humanos provenientes de Eurasia pudieron haber sido las causas de su desaparición. En especial esta última, de la cual se sabe, además, que seis especies del género homo se extinguieron, quedando el homo sapiens como único sobreviviente.
José Rubén Guzmán Gutiérrez, del Museo Regional de Paleontología, en Aguascalientes, se refirió al impacto antropogénico como una de las principales razones. La hipótesis es conocida como overkill o sobrematanza, en la que los seres humanos fueron causantes de la extinción de la megafauna del pleistoceno tardío en el norte de Eurasia y en América del Norte y del Sur. Esta fue propuesta en los años 60 por Paul Martin, de la Universidad de Arizona, bajo el argumento de que grupos de cazadores-recolectores o paleoindios llegaron por Beringia, puente de tierra que unió temporalmente a Siberia con Alaska, a Norteamérica hace 11 mil 500 años.
Falta de costumbre a la presencia humana
Las especies nativas no estaban acostumbradas a la presencia del ser humano, por tanto no lo vieron como una amenaza; los paleoindios tomaron ventaja de ese hecho y cazaron grandes cantidades de animales con facilidad. Algunos científicos no dan por válida esta hipótesis, porque había animales mucho más pequeños y más fáciles de matar, de los cuales se podía obtener la misma calidad proteica que del mamut, que no se extinguieron
.
Martin, al ser cuestionado sobre dicha inconsistencia, contestó que el periodo de extinción de la megafauna fue en mil años, un lapso largo en el que el ser humano causaba esas desapariciones gradualmente y que aun cuando el lugar de origen de los homínidos fue en África, donde también existía megafauna, ésta no se había extinguido porque ya se tenía una experiencia de convivencia y las especies crearon mecanismos de comportamiento para defenderse del depredador.
El problema de esta propuesta es que los sitios de muerte y destazamiento de megafauna hallados, sustento de sobrematanza, son muy pocos; lo que pudo haber ocurrido es que dicha megafauna ya se encontraba amenazada por otras razones y la presencia del ser humano fue el detonador, o que se erosionaron los sitios fósiles con evidencia que pudiera corroborar su hipótesis
, aseguró el paleontólogo en la reunión general de la Academia Mexicana de Ciencias, titulada Ciencia y humanismo II.
Además de que los grupos humanos no tenían una presencia significativa en el continente al principio, en otras partes del mundo también se vivieron episodios de extinción de megafauna; comenzaron en Oceanía y Australia hace 50 mil años, después en Europa, América y África, y hubo especies como los ciervos gigantes del género Megaloceros que sobrevivieron en Siberia occidental hasta hace 6 mil años, o los perezosos terrestres del Caribe, que subsistieron hasta hace 4 mil años.
La muerte de esos animales también coincidió con la edad de hielo, que comenzó hace 110 mil años y terminó hace 10 mil. Las glaciaciones y periodos interglaciales pudieron haber afectado la distribución de la vegetación, estaciones de crecimiento y rangos de hábitat de animales y plantas.
A ello se sumaron posibles enfermedades, como producto de la migración de especies que venían de Eurasia a América, cada una podía haber sido portadora de diferentes parásitos, virus y bacterias desconocidas para los organismos nativos. Sin embargo, es poco probable que una sola enfermedad causara la extinción en gran escala
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Otra razón abordada por el investigador del Centro para la Conservación del Patrimonio Natural y Cultural de México en Aguascalientes fue el impacto de meteoritos o de la explosión de cometas, hace casi 13 mil años. Fue una propuesta de R.B. Firestone y colegas en 2007. Ellos lo asociaron a la desaparición de la cultura Clovis, grupo humano que habitaba en el sur de lo que ahora es Estados Unidos.
El impacto pudo haber sido en el lago Laurentida, que estaba en Canadá, y el agua derretida –se señaló– pudo haberse dirigido al Polo Norte. Su grupo encontró evidencias de material extraterrestre de varios tipos: microdiamantes, iridio, tectitas, etcétera, así como hollín y carbón vegetal. No obstante, a últimas fechas se ha desmentido esta propuesta, ya que algunos investigadores argumentan que tal vez se contaminó el laboratorio donde se llevaron a cabo los análisis.
En ese sentido, la extinción de megafauna en el Pleistoceno no se puede atribuir a una sola causa, porque no hay evidencias de ello, sino a un conjunto de variables que llevaron a su desaparición, indicó Guzmán Gutiérrez en la plenaria que impartió titulada Extinción de grandes mamíferos en México durante el pleistoceno.