La resistencia empieza
on el nuevo año y la inminente inauguración de la presidencia de Donald Trump hay algunos visos de resistencia a su anunciada política contra importantes núcleos de población, entre ellos las comunidades de trabajadores migrantes procedentes de Centroamérica y México. Hace tres semanas los cuerpos de policía de diversas ciudades santuario
se manifestaron en contra de la propuesta del presidente electo de cooperar con las autoridades migratorias para detener e interrogar a personas por el sólo hecho de parecer indocumentadas.
En un sentido similar se han manifestado las autoridades de al menos 30 ciudades para las que la llegada de Trump a la presidencia significa la posibilidad de una regresión en los avances en materia de derechos de las minorías alcanzados en 60 años.
Más recientemente las autoridades educativas de California enviaron una misiva a los superintendentes, administradores y directores del sistema de educación pública del estado recordando que:
Nuestras escuelas públicas siguen siendo refugios
seguros para estudiantes y sus padres y existen leyes para protegerlos. El estado de California sirve a más de 6.2 millones de estudiantes que van desde el jardín infantil hasta el doceavo grado con la población más diversa en la nación. Los padres deberían saber que son bienvenidos en nuestras escuelas independientemente de su situación migratoria.
La decisión judicial de 1984, Plyler v. Doe, exige que las escuelas incluyan a todos los niños elegibles sin importar ciudadanía o situación de inmigración.
Con este panorama de fondo, cabe preguntar: ¿hasta dónde será capaz el sistema democrático, del que tanto se ha ufanado el pueblo estadunidense, de resistir la regresión a la que al parecer lo someterá Trump? Tal vez la forma arbitraria con la que promete gobernar está sentando las bases para un cambio profundo en la política en Estados Unidos. Por lo pronto, un gran movimiento encabezado por Bernie Sanders desde la izquierda del Partido Demócrata, al que se han sumado una multitud de organizaciones progresistas, pudiera ser una barrera de resistencia a la barbarie que parece avecinarse.
Sólo resta enviar un mensaje a los lectores con los mejores deseos para el año que empieza.
