“El futbol pudo ser un ejemplo para muchas otras actividades, era fácil –dada su influencia y arraigo con la gente–, pero no aprovechó y ha perdido credibilidad”, acusó el técnico José Luis Sánchez Solá, quien reveló: Jaguares arrancará el torneo Clausura 2017 sin haber saldado adeudos, lo cual va contra los reglamentos de la propia Federación Mexicana de Futbol.

Y agregó: “De Chiapas se sabe porque trascendió, pero hay otros tres equipos más así en Primera División y en la Liga de Ascenso ¡otros 10! Sin embargo, las cosas son así… Egidio Arévalo –uruguayo que renunció a Jaguares por falta de pago–, tuvo que firmar una rescisión para poder contratarse en otro club. Debió renunciar a sus derechos”, expuso Chelís indignado.

En el balompié nacional no sólo se pisa al jugador, los entrenadores también van cediendo en aras de tener un equipo que dirigir, añadió el timonel que ganó relevancia con el ascenso del Puebla al máximo circuito en 2007 y quien desde entonces se reveló como un gran motivador, pero también un rebelde y claridoso.

Sánchez Solá, timonel de los Venados de Yucatán, admitió que desconcertó la reciente llegada de varios estrategas foráneos: ¡Estaban asustando (por su éxito inicial) los de León, del Pachuca y Puebla!, pero ya se tranquilizaron las aguas. Son modas en el futbol mexicano que tienen efecto dominó: un dueño lo hace y le siguen los demás.

Sostuvo que el entrenador foráneo, “el que recibe la oportunidad, se acomoda ante los directivos, ante esta ola de nuevos dueños, de hijos de dueños que creen que saben mucho de futbol y a quienes les encanta poner alineaciones, jugadores, decir cómo se entrena y cuándo se descansa.

Los técnicos recién llegados no dicen nada, se callan. Se comen el sapo ¡200 casos me sé!... Son disyuntivas, se acomodan perfectamente al dueño, no chillan ni protestan nada.

No obstante, destacó que estos técnicos jóvenes no cobran ni una tercera parte de lo que devengan los de toda la vida, los mandones del futbol mexicano, es decir, un Ricardo La Volpe, Víctor Manuel Vucetich, José Manuel de la Torre o Ricardo Ferretti, por ejemplo. “El Tuca se guisa en otra olla, pero los demás ceden poco a poco.

“El mexicano es más jijo y no permite imposiciones –y aquí considero a La Volpe, Carlos Reinoso y Ferretti, hechos en nuestro balompié–. Somos tercos, no permitimos que entren al vestidor, que nos hablen de futbol y somos nosotros quienes queremos armar nuestros equipos.

Tú te tienes que dar a respetar, porque si no, ¿quién lo hará? Sin embargo, admitió que algunos han ido cediendo en aspectos como la conformación de su cuerpo técnico, pues “les imponen auxiliares u otro tipo de asistentes, dizque para irlos formando, entonces el timonel pierde a su gente de confianza.

“Cada cabeza es un mundo y cada circunstancia es diferente. Tú debes buscar lo que vaya contigo, tener gente afín, de confianza, con empatía para que realmente te ayude, porque esta profesión es muy desgastante.

Del 6 de enero al 3 de marzo en Mérida jugaremos 15 partidos entre torneo de Copa y jornadas dobles; un día sí y tres no. Voy a convivir con mi cuerpo técnico 60 días sin parar, noche y día. Entonces necesitas a tu gente de confianza, pero no puedo juzgar las decisiones de otros porque no estoy en sus zapatos.

E insistió: “Para el técnico foráneo el futbol mexicano es difícil. Para estar en un banquillo lo tienes que conocer y aquí los mexicanos son de excelencia, ni duda cabe. Los medios hablan del carrusel, de que siempre son los mismos, pero esos son los que han ganado”.