En 2017 el programa Prospera mantendrá el esquema de becar sólo a dos hijos por familia. Su padrón asciende a 6.7 millones de hogares con hijos menores de 22 años, a los que se dan apoyos de unos 2 mil pesos mensuales por cada niño en primaria y secundaria y de casi 3 mil pesos en educación media superior.

De acuerdo con el proyecto de las reglas de operación la desigual distribución del ingreso [y otros factores] han sido elementos persistentes en la historia de nuestro país.

Así, de 55.3 millones de personas en pobreza hasta 2014, a septiembre de este año en este programa estaban incorporadas 6.7 millones de familias, unos 27 millones de personas. Este programa de transferencias condicionadas se instauró hace 20 años, en el sexenio de Ernesto Zedillo, bajo el nombre de Progresa, después se le llamó Oportunidades y desde 2014 se denomina Prospera. Las familias integradas, para recibir los apoyos, deben cumplir con los requisitos de acudir a la clínica de salud, asistir a talleres y los niños deben permanecer en la escuela.

Aun con dos décadas de aplicación, el programa considera que dentro de los múltiples factores que explican la persistencia de la pobreza, las carencias en capacidades en educación, salud y alimentación han mostrado ser causa y efecto de dicha condición.

Agrega que los niños que crecen con dichas carencias están insertos en un círculo intergeneracional de la pobreza que les im­pide salir de dicha condición al presentar altas tasas de mortalidad, mala nutrición y bajo nivel de escolaridad y, con ello, insertarse en las actividades productivas en condiciones desfavorables caracterizadas por bajos ingresos y carencia de seguridad social.