Bagdad.

Haider Al Abadi, primer ministro iraquí, afirmó que llevará tres meses eliminar al Estado Islámico (EI), mientras su ejército, respaldado por Estados Unidos, lucha por expulsar a los milicianos de la ciudad de Mosul.

Abadi había dicho previamente que el control de la ciudad sería retomado a finales de este año, pero comandantes atribuyeron el ritmo más lento a la necesidad de proteger a civiles que se han quedado en sus hogares en lugar de huir, como se esperaba.

A más de dos meses de iniciada la operación, soldados iraquíes de élite retomaron un barrio de Mosul, pero entraron en una etapa de requipamiento operacional planeado este mes.

Un comandante estadunidense en el campo de batalla dijo a Reuters el pasado lunes que fuerzas iraquíes reanudarían su ofensiva en los próximos días, en una nueva fase de la operación en la ciudad.

Mosul, la ciudad más grande en poder del Estado Islámico del vasto territorio que controlaba en Irak y la vecina Siria, ha estado bajo control del EI desde que sus combatientes expulsaron a un ejército entrenado por Estados Unidos en junio de 2014.

En otro orden, al menos 28 rebeldes hutíes y 12 soldados yemeníes murieron este martes en combates en el sur de Yemen, donde las fuerzas del gobierno intentan tomar un enclave de los insurgentes, informaron responsables militares.

Los combates estallaron cuando las fuerzas leales al presidente Abd Rabo Mansur Hadi atacaron a rebeldes chiítas hutíes en el sector de Bayhan, en la provincia de Shabwa.

Bayhan es la única parte de la provincia de Shabwa que todavía está bajo control de los rebeldes, desde que las fuerzas gubernamentales echaron a los insurgentes de cinco provincias del sur del país el año pasado.

Fuentes castrenses afirmaron que las fuerzas gubernamentales, apoyadas por la aviación de la coalición árabe liderada por Arabia Saudita, han expulsado a los rebeldes de varias posiciones en el sector de Bayhan. Además, 14 rebeldes fueron hechos prisioneros, según la misma fuente.

Los hutíes controlan actualmente la capital Saná y el norte de Yemen, fronterizo con Arabia Saudita, cuyo ejército interviene desde marzo de 2015 en apoyo al presidente Hadi.