El rey ha muerto, ¡viva el rey!
tres días de que el alcalde de la capital de Aguascalientes, Antonio Martín del Campo, pase la batuta a Teresa Jiménez, ya se nota el abandono en que sus regidores y secretarios lo han dejado.
Ninguno de estos funcionarios saldrá a decir cuál fue su participación en lo que se hizo o dejó de hacer en la administración saliente; nadie dará la cara una vez concluido el trienio y revisadas las cuentas, pues todavía no termina y el dedo inquisidor de más de uno ya lo señala como responsable de todo lo malo ocurrido y por ocurrir.
Así es al inicio y al final de cada administración. El municipio de Aguascalientes fue merecedor de cuatro Escobas de Platino, reconocimiento que se entrega en España al buen desempeño de los sistemas de limpia y aseo público y a la aplicación de programas que ayuden a reducir la generación de residuos sólidos urbanos. El secretario de servicios públicos, Héctor Anaya Pérez, se sintió por demás orgulloso de estos premios y los presumió no sólo como un logro del gobierno municipal, sino de la secretaría que comanda. Ahora, al final de esta administración, cuando los contenedores de basura están repletos y no hay quién los vacíe, personifica a quien, después de negar tres veces al alcalde, señala el déficit en servicios públicos que el ayuntamiento ha sufrido durante estos tres años y da la bienvenida a la nueva alcaldesa, con la confianza en que ésta solucionará todo en su reinado.
El rey ha muerto, ¡viva el rey! Hay tan poco tiempo entre ambas frases.
Twitter: @jornadags