La privatización de las consultas médicas
un con los esfuerzos realizados por Mikel Arriola para volver al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) una dependencia más productiva y eficiente, los grandes grupos farmacéuticos del país le ganan la partida a éste en el número de pacientes atendidos.
Mientras hace 10 años los consultorios médicos ligados a farmacias representaban menos de 15 por ciento de pacientes atendidos por el IMSS, en 2014 ya eran 455 mil personas diarias y el instituto atendía a 500 mil. Ahora los consultorios privados vinculados con las farmacias, con un ejército cercano a 34 mil médicos, atienden el mismo número de personas que el Seguro Social.
Desde el punto de vista del tiempo de espera para ser atendidos, los derechohabientes del IMSS tardan en promedio una hora y 22 minutos para ver al médico. En cambio, en los consultorios farmacéuticos aguardan 29.51 minutos, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, dependiente de la Secretaría de Salud.
En cuanto a precios, los consultorios ligados a las farmacias son muy competitivos. Mientras en el IMSS o en el Issste hay que estar afiliado y pagar una infraestructura que en ocasiones cuenta con centros deportivos, salones de fiestas, grandes burocracias y otros gastos que le cobran al trabajador de su nómina, en el caso de los consultorios privados algunos son gratis, como es el caso de Farmacias de Ahorro, y otros tienen un costo relativamente bajo, como Farmacias Similares, Benavides, Dr. Descuento y Soriana, que van de 25 a 40 pesos por consulta.
Sin duda que las farmacias-consultorios se han convertido en una verdadera opción para la mayoría de las personas de bajos recursos del país, quienes sin esta opción no tendrían acceso a consultas médicas, ya que los servicios de salud pública se encuentran saturados.
Pero no sólo las personas que no tienen acceso a la seguridad pública acuden a ese tipo de consultorios privados. También lo hacen muchos afiliados al IMSS, el Issste y otras instituciones públicas y privadas, por la cercanía a sus casas y la rápida atención que reciben.
Esta es la verdadera privatización de los servicios de salud, que de forma irreversible se produce en México.