San Luis Potosí, SLP.

Para David Madrigal, antropólogo investigador de El Colegio de San Luis, el revuelo mediático causado por la celebración de 15 años de Rubí Ibarra García, que desde el pasado 2 de diciembre acaparó las redes sociales y parte de la prensa local, nacional e internacional, que llaman este evento como la fiesta del año, es claro ejemplo de cómo se relacionan las redes sociales con la vida personal, la cual queda cada vez más relegada debido a una dinámica de cambio social en la cual la individualidad está sujeta al escrutinio público.

Consideró que este caso se relaciona más con la coyuntura, pues tiene “mucho que ver con el momento que estamos pasando los mexicanos, de preocupación muy profunda sobre el futuro del país y las relaciones con Estados Unidos, una vez que Donald Trump asuma la presidencia.

Tiene mucha lógica que nos conectemos a través de una cosa que parece trivial o banal, pero empieza a relacionarnos de muchas maneras. Este es el poder de las redes sociales, planteó.

Consideró que las nuevas plataformas tecnológicas que potencian la interacción están generando formas distintas de entrelazamiento de historias de las personas y reconfiguran el tejido. Las normas fijas que estaban más asimiladas, como formas de relacionarnos unos con otros, están en proceso de recomposición, sostuvo.

Más que una descomposición, se vive una nueva configuración social a partir de las redes sociales, pues en las redes no hay reglas: cuando las cosas están en la red son de todos, por lo que puede pasar lo que sea, como en el caso de Rubí.

David Madrigal agregó que el caso de Rubí sobresale por haber tenido una cobertura mediática como nunca se había visto. Consideró que si bien la sociedad está muy ligada a las nuevas tecnologías, apenas despertando a la recomposición o restructuración social que provocan.

Por ejemplo, con Rubí nos estamos relacionando con una familia sin conocerla; esto pasa por encima de las formas fijas que tenemos asumidas, por eso nos escandaliza, pero en las redes esto pasa comúnmente con los memes o los videos virales. Aquí todo se despersonaliza y se vuelve de la red.

Comentó que esto también implica grandes responsabilidades, pues situaciones que en las redes sociales pueden resultar divertidas, también conllevan peligros como malas interpretaciones o situaciones de mafias.