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Nosotros ya no somos los mismos

Algunos reportes panistas

Mambrú amenaza con regresar

Norberto: el reino que no es de este mundo

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“La semana pasada el señor cardenal Norberto Rivera Carrera cumplió 35 años de su ordenación episcopal. Su jefe de relaciones públicas y seguramente también privadas, aseguró que el desempeño de don Norberto ha estado marcado por ‘una firme diligencia pastoral y compromiso con el pueblo de Dios’. Ignoro cuál es el territorio que habita ese pueblo que seguramente no es de este mundo”. Ayer el jerarca católico en su homilía en la Catedral Metropolitana recordó a los inmigrantes que no son acogidos en sus países de adopción, a los trabajadores ocasionales que padecen enormes fatigas para conseguir el sustento diario y a las minorías que son víctimas de prejuicios e injusticiasFoto María Luisa Severiano
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os lunes de columnetas que restan en 2016 son escasos, y el baúl del mundo está atestado de asuntos qué comentar. Intentaré, como siempre, lo imposible: concretar. Comencemos con algunos reportes panistas. Hace tiempo inicié el relato del presidente del Congreso local de Querétaro, don Eric Salas quien, de entrada, afirmó, galano y bienhablado: Los integrantes de la comunidad LGBT (lésbico, gay, bisexual y transgénero), hasta parece que fue don Miguel Ángel Mancera quien les sorrajó a la familia gay ese acrónimo tan incomprensible, como el nuevo nombre que le adjudicaron a la capital del país: CDMX.

Afortunadamente la actitud asumida por el legislador panista no es en absoluto represora. Dice el diputado que cuando los enemigos de la familia tradicional ofenden y dicen malas palabras (¡Sí, dámelo todo! ¡Sólo estaremos juntos mientras nos amemos! ¡Los sentimientos valen más que cualquier sacramento o contrato prenupcial! ¡Vaya palabras más hórridas para la familia tradicional!), esa actitud sí lo molesta y lo sume en una angustiosa desazón. No logra entender el mundo desquiciado que lo rodea, por eso necesita ocupar su mente en algo más profundo, por ejemplo la Summa Theologiae, de Tomás de Aquino; La ciudad de Dios, de San Agustín o, ya de perdis, El club de los incomprendidos, de Chesterton. Por supuesto todo esto en lo que, emocionado, escucha la sinfonía Kinndertotenlieder, de Gustav Mahler. Claro, a veces lo anterior no le resulta suficiente y Éric Salas, diputado panista, resuelve su problema existencial con este recurso extremo: sentarse y, nos lo confiesa (sic anticipado): me pongo a ver cómo se guisan los frijoles. (otro sic, ya de salida, por si hay dudas de lo narrado).

Tal vez recuerden ustedes que hace tiempo, menos de 20 años, uno de los escasos letrados que en Acción Nacional se han dado en los tiempos recientes, se aventó la balandronada de afirmar que, aunque derrotados en la batalla electoral, eran el partido que se había alzado con lo que llamó la victoria cultural. De este importante panista tenemos muchas cosas que comentar. Entre ellas, recuerdo la ocasión en la que, fallecidos ya Palmerín y Guty Cárdenas, consideró que a él correspondía llenar el inmenso hueco en la vida cultural del país, que significaba el fallecimiento de Octavio Paz, razón por la cual no sólo se retiraba del PAN, sino de la actividad política. Creo que el único que se emocionó con tal despropósito declarativo fue el joven filósofo y politólogo Germán Martínez Cázares, uno de sus más cercanos acólitos. (Esto de la brega de eternidad no se les da mucho a prominentes panistas, sobre todo cuando sufren contundentes derrotas. Por dar un ejemplo recuérdese a Carlos Medina Plascencia, también le hizo un feo fuchi a la actividad política, pero la definitividad de su renuncia fue fácilmente derogada por el siguiente acceso a la nómina). Pero, por otro lado, va a ser de enorme utilidad pública exhumar todo el conocimiento, referencias, testimonios de don Carlos Castillo, en un tiempo padre putativo, querendón, iluso y… defraudado de don Felipe de Jesús. Al final el señor Castillo Peraza, quien según todos los decires era un ser humano honorable y alejado de la maledicencia, entendió que su entenado estaba lejos del ADN ideológico de don Luis Calderón Vega. Conocer las opiniones que al final de su vida tenía don Carlos, de Felipe de Jesús, seguramente ayudará a reforzar aún dentro de las filas panistas la verdadera imagen de quien desaforadamente pretende acceder a la dirección del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia.

Por lo pronto, ya la señora Margarita Zavala comenzó por desmarcarse de quien calificó de estigma. Atendiendo a su currículum, la señora aspirante a candidata, no es precisamente mujer de libros (como solía definir don Ricardo Garibay a importantes personeros de su época), pero sorrajarle tan tempranamente ese calificativo a su mánager resultó de pronóstico reservado. Sin embargo, ¡líbreme Dios! de andar cuestionando a la familia tradicional, normal, natural, la única bendecida por el Altísimo, por eso no me atreví a dar mi personal versión del significado del vocablo estigma y preferí recurrir a uno de esos libracos que le sacan a uno de ciertas dudas y lo meten en otras más. Vean lo que encontré: Estigma (comillas a discreción), marca o señal impuesta sobre la piel con un hierro candente como pena infamante. Signo de esclavitud. Afrenta o mala fama, deshonra. Señal de infamia o baja moral. Afrenta, desdoro. Etiqueta que se le aplica al individuo que posee una enfermedad mental...

Caray, todavía ni siquiera le ganamos a don Ricardo Anaya y ya las hostilidades comienzan a aflorar. ¿Se imaginan cómo se pondrán las cosas cuando comience el pago de facturas pendientes? “Oyes, haiga sido como haiga sido, yo, a Hildebrando le di un ábrete sésamo, universal. No vas a negarle a Cocoa su sueño michoacano, ¿verdad? Y no creo nada conveniente que a tu primita ésa, la que no conoces (por cierto, qué costumbre la tuya de andarte retratando con gente que nunca habías visto desde la pila bautismal) ¿Cómo se habrá colado a la reunión familiar, a la foto y hasta a las guarderías subrogadas? Sí, a esa prima desconocida que ya hasta mandó a imprimir sus tarjetas como directora del clúster de guarderías, albergues y ancianatos del IMSS, el Issste, la secretaría de Salud y hasta del H. cuerpo de bomberos.

Para finalizar por hoy (sólo por hoy) con este tema, les comparto una información de Georgina Saldierna: que dice la candidata (perdón don Ricardo Anaya, la precandidata): aprendí que la política se hace con dignidad y ética. (¿Sería muy amiga de su suegro sino, de dónde la sapiencia?) La dignidad y la ética están bien, pero nos salen sobrando los algoritmos fraternos y la asesoría de algún españolito descendiente de Millán Astray (No precandidata, no se apellida Mouriño sino Solá. Antonio Solá, que le vendió espejitos publicitarios por demás costosos a Felipe de Jesús). Pero no quedó ahí la declaración, pues agregó: frente a los problemas de inseguridad que padece el país, sí importa quién es el comandante (o la comandanta, si diosito lo dispone) de las fuerzas armadas. ¡Santo Cristo de la Capilla! (diría la más devota de mis abuelas reciclables). Ahora hasta las canciones infantiles mienten: ¿Pues no que Mambrú se había muerto en la guerra y ya no iba a volver? ¿No recuerdan que Mambrú, conforme a la verdad histórica, lo desaparecieron? Que Mambrú se fue a la guerra/ ¡Qué dolor, qué dolor, qué pena/ do, re, mi, do, re, fa/ No sé cuándo volverá. ¡No hay moral!: Mambrú amenaza con regresar.

Y para tratar de emparejar las cosas, pero a la baja o, mejor dicho para emparejarlas en la competencia por la estulticia partidaria; es decir, la ignorancia, la necedad y la estupidez, agrego una pequeña perla por cuenta de un ex diputado priísta chiapaneco: don Alejandro García Ruiz quien, según la versión de Elio Hernández, corresponsal de este diario en el estado, con gran enjundia y solvencia, afirmó: Todas las leyes tienen lagunas y, como se dice, desgraciadamente, las leyes como las mujeres, se hicieron (sic) para violarlas. El legislador conduce el programa La chorcha, en la emisora 90.7, en unión de otros dos acérrimos defensores de los derechos humanos y la igualdad de género: el ex presidente de la Cámara de Comercio y el exregidor priísta Miguel Constantino. La explicación que sobre estos comentarios se escucha en el estado es que, seguramente, los tres intelectuales que tan atinadamente dirigen la emisión mencionada, no cuentan dentro de su familia con hijas, hermanas, esposas o, ni tan siquiera, con una cabecita blanca que los asista y oriente.

La semana pasada el señor cardenal Norberto Rivera Carrera cumplió 35 años de su ordenación episcopal. Su jefe de relaciones públicas y seguramente también privadas, aseguró que el desempeño de don Norberto ha estado marcado por una firme diligencia pastoral y compromiso con el pueblo de Dios. Ignoro cuál es el territorio que habita ese pueblo que seguramente no es de este mundo, pues ya busqué en las entidades que constituyen la República y sobre la actividad pastoral del cardenal no tienen conocimiento ni en la cadena restaurantera de ese nombre: El Cardenal.

El 6 de junio del próximo año, el cardenal deberá presentar su renuncia al papa Francisco, el cual no creo que desperdicie la oportunidad de hacer un milagrito a los fieles mexicanos, que puede ser definitivo para su futura canonización: aceptársela al primer intento.

Twitter: @ortiztejeda