En México, en las pasadas dos décadas se redujo 60 por ciento la superficie sembrada de arroz, 22 por ciento la de frijol, 37 por ciento la de trigo y la de maíz en al menos 8 por ciento, lo que generó el aumento de la dependencia e inseguridad alimentaria, afirmó Miguel Meza Castillo, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco.

El especialista alertó que el país enfrenta fenómenos que no son coyunturales, sino estructurales, pues el control del mercado de insumos y productos en el sector agropecuario está en manos de unas cuantas empresas.

En un comunicado de esa casa de estudios señaló que el abandono del Estado de sus funciones como regulador del mercado de granos básicos, semillas y fertilizantes, y como principal operador de las políticas de fomento productivo, ha provocado la reducción y la restructuración de la producción de alimentos básicos en las pasadas dos décadas.

Al participar en el seminario Soberanía alimentaria en México: tecnología, ecología, cultura y alimentación, destacó que en el país la puesta en marcha de una doctrina económica neoliberal no fue un acto soberano del gobierno, se debió, en gran medida, a la fuerte presión de organismos financieros multilaterales y a la política de liberación del mercado de productos.

A consecuencia de esta política neoliberal, dijo, se generaron cambios profundos en la comercialización de granos, debido a que su compra, y en particular la de maíz, quedó en manos de compañías privadas nacionales y trasnacionales, que inciden en los precios, tal es el caso de Cargill, Archer Daniels, Maseca y Minsa.

Agregó que con la apertura comercial, la importación de alimentos aumentó, pasando el saldo de la balanza comercial agropecuaria de ser superavitario a deficitario y el déficit ha crecido en forma notable.

Explicó que si bien entre 1995 y 1999 el superávit promedio anual era de 263 millones de dólares, de 2010 a 2014 el déficit fue de 3 mil 325 millones de dólares, lo que significa que se incrementó en más de mil 100 por ciento.

Para el periodo de 2010-2014, indicó, el pago por importación de cereales ascendió a 22 mil 713 millones de dólares, es decir que el monto de pago se triplicó. En conjunto, dijo, por importaciones alimenticias se pagaron 53 mil 670 millones de dólares, y casi la mitad, 48 por ciento, correspondió a importaciones de maíz.