Minuta
mor propio hay que tener, pero no a la hora de escribir; a la hora de escribir hay que tener amor por los demás.
Toda obra de arte en el momento de su recepción –contemplación, lectura, escucha– solicita silencio. Luego podrás decir lo que quieras
, parece que nos dice, pero ahora atiende
.
En la poesía no hay creencia que valga. Puédese por ejemplo caer en arenas movedizas y despertar en un palacio encantado. O entrar a una caverna iluminada en la cual se presiente la existencia de la Sierpe al acecho. Todo, aun esperado, resulta sorpresivo. Quien escribe poemas se arriesga a la desilusión o es sobrepasado.
Si al enseñar no aprendes, ¿qué enseñas?
Esa no tan extraña y recurrente sensación (satisfacción) de haber leído ya los libros recién adquiridos.
Sí, tiene voz, pero aún no es lenguaje.
Emitir silencio, pero emitirlo, funciona siempre mejor que llanamente guardarlo.
A ciertas digamos alturas de la edad uno apetece más el agua de la poesía que el vino de la realidad.
Amor de lenguaje, definí alguna vez la poesía. No por ni al: de. Lo que el lenguaje nos ama, y su manera de decírnoslo, de hacérnoslo sentir, decir, reconocerlo; de invitarnos a asumirlo, a corresponderlo.
Leo en un libro que los santos gustan del canto, emitido o escuchado. En ese mismo libro se compara o identifica el misterio de la santidad con el de la poesía. Ambas son inexplicables, se dice (un auténtico misterio, me parece recordar que afirma Eduardo Nicol, puede ser explicado y no por ello dejar de ser misterio, algo que cualquier estudioso de poesía, para no meternos en lo hagiográfico, bien sabe). Todo canto es ritual, deduzco; todo canto (¿todo?, quizá no) abre (pudiera abrir) caminos a otra vida, ¿a la Vida?
Dos poetas europeos, Lorca, Dylan Thomas, dieron brillante impulso a dos trovadores americanos, Leonard Cohen, Bob Dylan. Si la cultura no genera cultura ¿qué cultura va a ser?
La expresión de Fulano a través del poema, ¿a quién puede importarle? La expresión de lo humano a través del poema de Fulano, eso es otra cosa (Fulano incluido, que de a, el desahogo, digamos, puede pasar a b, la comprensión de sí mismo en el trance expresado).
Oiga tu voz la voz del poema y la voz del poema la voz de la poesía y la voz de la poesía, esperemos, tu voz.