La euforia por Tigres colapsó con el tráfico decembrino en la terminal aérea número uno de esta ciudad, donde los finalistas del futbol mexicano debieron huir de decenas de aficionados y agradecer de lejos la recepción, pues ya habían sorteado una tumultuosa despedida en Monterrey.

Es la mejor afición de México y trataremos de darles alegrías, dijo Jürgen Damm, el único asignado por el equipo para detenerse ante los medios en apurado y caótico camino por debajo de la banqueta hacia el autobús, que los esperaba afuera.

El jugador aseguró que el equipo asume por completo la expectativa por el duelo de ida frente al América, esta noche en el estadio Azteca.

En los años recientes Tigres y América han demostrado que son los grandes de México. Entonces será un partido muy bonito, y más por las fechas. Creo que será mediático, vamos a hacer las cosas de la mejor manera, dijo.

Estamos muy ansiosos por jugar este partido. Gracias a Dios se nos da la oportunidad en dos días de jugarla. Trataremos de hacer un gran juego para sacar un resultado bueno aquí y cerrar de la mejor forma. Fue mucho tiempo de espera, así que ya tenemos ganas de este partido para cumplir el objetivo, anotó.

Esta final por el título del Apertura 2016 quedó en suspenso por la participación de las Águilas en Mundial de Clubes de Japón, y los de UANL, encabezados por Ricardo Ferretti, han asegurado que la pausa no deberá afectarles más que los estragos del viaje al América.

Lo he dicho en varias ocasiones. No vamos a poner pretextos. Obviamente nos cortó el ritmo un poco, pero será un gran partido y trataremos de hacer bien las cosas, agregó Damm.

Descartó que alguno de los dos sea favorito: Ambos lo somos porque llegamos hasta esta instancia, hicimos un gran torneo. América es un equipo grande, entonces creo que están esos ingredientes especiales para que sea un buen juego.

Tampoco lo consideró revancha por aquella final que perdió el cuadro regio en el Clausura 2014: Más que nada es la oportunidad para regresar alegría a la afición por tanto apoyo que nos ha mostrado, indicó el mediocampista antes de escapar a los jaloneos de los fanáticos, quienes lanzaron porras en la sala de espera durante las dos horas de retraso del vuelo.

En Monterrey habían sido despedidos por cientos.