Senadores priístas advierten que más de 15 mil agricultores de tabaco corren el riesgo de ser reclutados por el narcotráfico ante la caída que ha registrado la producción.

Manuel Cota, senador y dirigente de la Confederación Nacional Campesina, así como las legisladoras Margarita Flores e Hilaria Domínguez, señalan que México ha sido uno de los principales productores de tabaco en Latinoamérica. Los estados que detectan en este renglón son Nayarit, con 85 por ciento; Veracruz, con 9.3 por ciento, y Chiapas, con 1.4 por ciento. Guerrero y Tabasco son productores en menor medida. Nayarit es el primero en el país y se encuentra entre los principales de la región.

Los legisladores priístas aducen que más de 15 mil agricultores del país dependen de la siembra de tabaco; mientras, cerca de 30 mil personas viven de dicha industria. De 2000 a la fecha, resaltan, la producción de tabaco en el país cayó en dos terceras partes, pasando de 45 mil a 15 mil toneladas anuales, el equivalente aproximado a 343 mil millones de pesos de ingresos para los productores.

Ello, sin duda, es muestra del éxito que han tenido las medidas multilaterales y políticas públicas para la reducción del tabaquismo, un problema de salud pública a escala global.

No obstante, los priístas hacen notar que es importante considerar que dichas medidas también han dañado a los sectores de la población que se dedican a producir tabaco, además de que existen otros riesgos importantes que pueden generarse si se continúa afectando al sector tabacalero mexicano.

En particular, subrayan, en el país una mayor afectación a los productores de la hoja de tabaco “podría resultar negativa si consideramos que los cárteles del narcotráfico muchas veces reclutan en sus filas a campesinos que por diversas razones han quedado en la ruina. Los agricultores que dependen de las ventas del tabaco podrían verse en ese escenario, poniendo incluso en riesgo sus derechos humanos y su propia vida”.

Los legisladores aseveran que el aumento en los precios de la cajetilla de cigarros, derivado del incremento de impuestos a las tabacaleras, ha dado lugar al florecimiento del tráfico ilegal de tabaco. Cada vez más un sinnúmero de cigarros piratas o de dudosa marca y procedencia invaden el mercado mexicano debido a sus bajos precios.

Sostienen que de acuerdo con estimaciones de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios, la venta anual de cigarros de contrabando asciende a 340 millones de paquetes; además de que sean detectado 243 marcas apócrifas, lo que provoca que se pierdan anualmente alrededor de 6 millones de pesos de recaudación por concepto de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios”.

A ello, le suman que de acuerdo con informes de la Confederación de Cámaras Industriales, sólo 17 por ciento de los cigarros en el mercado nacional son legales.