El incremento de 9.85 por ciento que el gobierno determinó para el salario mínimo nacional a partir del primero de enero tendrá un impacto de 0.3 puntos porcentuales adicionales en la inflación de 2017, pero éste será marginal y menor al impulso inflacionario que provocará la liberalización de las gasolinas (0.5 puntos porcentuales) y el traspaso de la depreciación del tipo de cambio a los precios (0.8), anticipan analistas financieros de Banorte Ixe.

El primero de diciembre la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) anunció un aumento al mínimo de 73.04 a 80.04 pesos diarios durante 2017.

Dicho aumento se conforma por un alza nominal de cuatro pesos (o 5.4 por ciento) para los trabajadores con la percepción mínima bajo una figura denominada monto independiente de recuperación (MIR) y un incremento de tres pesos (3.9 por ciento) a los salarios generales en línea con la expectativa inflacionaria del próximo año.

Los analistas de Banorte Ixe estimaron cuál podría ser el impacto del alza a los mínimos en la inflación de 2017 mediante un modelo econométrico que utiliza como base de comparación la homologación del salario mínimo de la zona B con la zona A ocurrida en octubre de 2015 por decreto presidencial.

En el análisis, en el que participaron el director general adjunto de análisis económico y bursátil de Banorte-Ixe, Gabriel Casillas, y la directora ejecutiva de análisis económico, Delia Paredes, se destaca que la homologación de las zonas económicas se utilizó para estimar el impacto del incremento actual sobre los precios del próximo año, porque proporciona un experimento natural sobre la formación de precios ante una política federal diseñada para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores.