La Congregación para el Clero del Vaticano afirmó ayer que quienes viven el estilo de vida homosexual, apoyan la cultura gay o tienen tendencias homosexuales profundamente arraigadas, están impedidos gravemente para relacionarse de manera correcta con hombres y mujeres. Es por ello, insistió una vez más, que no pueden ser curas.

En el documento El don de la vocación sacerdotal, dado a conocer este viernes, señala que no se pueden pasar por alto las consecuencias negativas de un hombre que se ordena sacerdote y no es heterosexual.

Sin embargo, da una salida para algunos casos. Si las tendencias homosexuales del candidato al sacerdocio eran la expresión de un problema transitorio, quizá como el de una adolescencia no superada, se trataría de manera diferente. 

Aunque aclara: tales tendencias deben ser claramente superadas por lo menos tres años antes de la ordenación al diaconado. La congregación considera gravemente deshonesto que un hombre oculte sus inclinaciones homosexuales en busca de la ordenación. 

Mentir sobre las atracciones sexuales muestra una “actitud engañosa que no corresponde al espíritu de verdad, lealtad y apertura que debe caracterizar la personalidad de aquel que cree estar llamado a servir a Cristo, apuntó.