Antídotos
La tribu Irula, que habita la región Chennai, al sur de India, formó una cooperativa luego de que en 1972 el gobierno prohibió cazar serpientes y vender sus pieles. Lo que hacen es atrapar víboras de cuatro especies, conservarlas un mes con el permiso de las autoridades, extraer el veneno y devolverlas a su hábitat. Con el veneno elaboran antídotos que abastecen hospitales de todo el país, donde el índice de mordeduras de víboras es el más alto del mundo, y obtienen el sustento para sus familias. Los cazadores ganan desde cuatro hasta 30 euros por el veneno de las víborasFoto Afp
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de diciembre de 2016, p. 2
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