Roma.

Los italianos se pronunciarán este domingo en un referendo sobre una reforma constitucional que reduciría poderes al Senado, el cual tiene actualmente las mismas competencias que la Cámara de Representantes.

De aprobarse se acabaría el llamado bicameralismo perfecto y el Senado dejaría de votar la confianza en el gobierno y se convertiría en un órgano de representación territorial, excluido del proceso legislativo. El jefe del gobierno italiano, Matteo Renzi, se juega su carrera política en dicha consulta, cuyo resultado incierto preocupa a Europa.

Todo está en juego en las próximas horas, advirtió Renzi este viernes, a dos días de una convocatoria a la que están citados unos 50 millones de italianos. El premier propone el fin del actual sistema parlamentario, que otorga el mismo poder a la Cámara de Diputados y al Senado, y la reducción del número de senadores, de 300 a unos 100, los cuales no serán electos por vía directa, sino por los gobiernos regionales, convirtiendo el Senado en una suerte de cámara territorial.

Renzi, de 41 años, ha prometido dimitir si rechazan su plan de reducir el papel del Senado, mientras la oposición dice que la modificación disminuirá los controles y equilibrios democráticos esenciales. La alianza del primer ministro con los sectores económicos es criticada por el cómico Beppe Grillo, fundador del opositor Movimiento Cinco Estrellas (M5E), que encabeza la campaña por el No.

Reforzado por la ola populista que terminó con la victoria del Brexit en Reino Unido y de Donald Trump en Estados Unidos, el M5E quiere tomar las riendas del país, pese a su poca experiencia de gobierno. Advirtió que exigirá elecciones anticipadas si Renzi es derrotado.

La tensión en Italia es alta tras una campaña agotadora para explicar las medidas y frenar el nerviosismo que generó el reto de Renzi, del Partido Democrático, hace un año, cuando anunció que ligaba el referendo a su permanencia en la jefatura de gobierno, a la que llegó en febrero de 2014.