Xalapa, Ver.

Este jueves primero de diciembre, cuando el panista Miguel Ángel Yunes Linares asuma la gubernatura de Veracruz, recibirá una administración en quiebra. Los pasivos en la tesorería estatal suman 87 mil 927 millones 886 mil 298 pesos; las calificadoras bajaron la puntuación crediticia del estado y el gobierno federal le redujo las participaciones para el año próximo.

Si el gobierno de Veracruz fuera una empresa, estaría en quiebra, dijo Clementina Guerrero García, secretaria de Finanzas del equipo de Yunes Linares que llegó al cargo el pasado 14 de noviembre, como parte de los acuerdos de transición, durante su comparecencia ante el Congreso local para la glosa del sexto informe del hoy gobernador con licencia prófugo, Javier Duarte de Ochoa. Consideró que la crisis financiera del estado se debió a carencia de planeación, decisiones equívocas, escasa competencia para administrar y vacíos de control y supervisión.

Del pasivo total, 41 mil 529 millones 580 mil 201 pesos corresponden a deuda bancaria y valores bursátiles, y 46 mil 398 millones 306 mil 97 pesos a proveedores, prestadores de servicios y contratistas.

Según registros de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Javier Duarte tenía apenas 15 días como gobernador cuando envió al Congreso local la primera de las 26 solicitudes de crédito que remitió. La deuda bancaria y bursátil de Veracruz, de 41 mil 529 millones 580 mil 201 pesos, sólo es superada por los estados de México, Nuevo León y Chihuahua, que suman 68 mil 587, 62 mil 304 y 50 mil millones de pesos, respectivamente.

En diciembre de 2010, cuando Duarte de Ochoa recibió el gobierno de manos de Fidel Herrera Beltrán, éste también le heredó una deuda bancaria de 10 mil millones de pesos. En lugar de recortar el gasto corriente y aplicar disciplina financiera para revertir el déficit, solicitó al Banco del Bajío un crédito de mil 500 millones de pesos con cargo a las participaciones federales, con el argumento de que lo destinaría a inversión pública productiva.

Los pasivos con la banca se incrementaron en más de 400%

En 2011 y 2012 Javier Duarte solicitó 18 préstamos, por los cuales debió contratar cuatro créditos más para garantía de pago. Uno de los más cuantiosos se contrató el 6 de septiembre de 2012, cuando pidió 5 mil 500 millones de pesos a Inbursa, con cargo a participaciones federales. Supuestamente lo destinaría a obra pública.

La mayoría de los créditos solicitados durante el sexenio de Duarte de Ochoa se pidieron para inversión pública productiva, y cuatro para pago de deuda. Sin embargo, la administración duartista no generó infraestructura ni disminuyó los pasivos.

De los 34 mil millones de pesos en créditos para inversión pública en todo el sexenio, sólo 12 mil 558 millones se invirtieron en obra, según registros de las cuentas públicas. Y la deuda bancaria, en lugar de disminuir, pasó de 10 mil millones de pesos en 2010 a 41 mil 530 millones al final de su mandato. Es decir, los pasivos se cuadruplicaron.

Según el estudio del Banco Mundial Servicio de asesoría rembolsable para la administración financiera pública de estado de Veracruz, durante el gobierno de Javier Duarte se contrató sin planear el mayor endeudamiento de la historia del estado, y, de acuerdo con los registros, se erogó exclusivamente en gasto corriente, sin generar valor de capital alguno y sin un plan de financiamiento para sufragar su costo anual.

El estudio asegura que las finanzas del estado están comprometidas por los próximos 15 años, en los cuales se tendrán que ir descontando importantes montos de recursos públicos que debían destinarse al crecimiento económico del estado.

Negar ayuda sería contraproducente

Hilario Barcelata Chávez, fundador del Observatorio de Finanzas Públicas de la Universidad Veracruzana (UV), considera que el principal problema financiero del estado son los 46 mil 398 millones 306 mil 97 pesos que se deben a proveedores, prestadores de servicios y contratistas.

La Secretaría de Finanzas indicó que de marzo de 2011 a septiembre de 2015 el pasivo circulante (deudas a costo plazo) se redujo de más de 15 mil millones de pesos a 3 mil 469 millones, pero de septiembre de 2015 al mismo mes la cifra se disparó a 46 mil 398 millones, lo que equivale a un incremento de 42 mil 930 millones de pesos en apenas un año.

Barcelata Chávez afirmó que puede haber un refinanciamiento con la banca, pero si hay atrasos en los pagos a costo plazo puede haber protestas y deterioro social.

El pasivo circulante es el principal problema de Veracruz; son todos esos pagos que no se realizaron en su momento y hoy representan una carga financiera enorme. Hay empresas que realizaron obras, prestaron servicios o entregaron bienes, y son terceros constitucionales a los que debieron entregarse recursos y ahora protestan, dijo.

El economista consideró que la única alternativa para dar oxígeno a Veracruz es un rescate financiero del gobierno federal. No se trata de salvar gobiernos corruptos, sino de poner en la perspectiva política el bienestar de los veracruzanos.

Desde que Yunes Linares ganó las elecciones, el 5 de junio pasado, empezó a negociar un rescate con el gobierno de Enrique Peña Nieto. El titular de la SHCP, José Antonio Meade Kuribreña, descartó esta posibilidad y dijo que la única opción era que Yunes solicitara más préstamos.

Barcelata Chávez consideró que el gobierno federal está obligado socialmente a contribuir al rescate de Veracruz, y de no hacerlo podría revertírsele: ¿Cómo vamos a ver a un gobierno federal que no nos quiso apoyar? Nosotros no tenemos la culpa de tener el gobierno que tuvimos.

El Observatorio de Finanzas Públicas de la UV sostuvo que Veracruz necesita unos 60 mil millones de pesos de recursos extraordinarios sólo para cubrir los adeudos acumulados.