A veces un rival puede decepcionar a un boxeador. Ibeth La Roca Zamora, campeona minimosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), lo supo el sábado pasado al vencer sin problemas y en sólo tres asaltos a la retadora serbia Nina Stojakovic. La distancia de recorrido entre una y otra podía anticiparlo: la europea llegó con nueve combates de récord, mientras la monarca sumaba 31 peleas.

Los pugilistas no se cansan de repetir que pelean con quien les pongan enfrente, porque además de un deporte esto es un negocio, producto de gestiones en escritorios. A veces la mercadotecnia nos pone enfrente rivales que no están a nuestro nivel, admite La Roca un par de días después de retener por octava ocasión su título, que también ha defendido ante retadoras complicadas y aguerridas.

Yo esperaba más de Nina, pero terminé demasiado pronto. Sí, llegas a decepcionarte cuando ves que resultó más fácil de lo que querías, cuando no están en tu mismo nivel.

La Roca ha pedido contrincantes que representen retos mayores, como Jéssica Nery o la argentina Yésica Bopp, pero las negociaciones no se consumaron, y confiesa que no le queda más que enfrentar a las rivales que le consiguen.

Me hubiera gustado enfrentar a alguna con las que he perdido, por competitividad, para sacarme la espina de esas derrotas, o porque estoy segura de que rivales difíciles sacan lo mejor de mí, dice.

En teoría había desventaja entre Nina y yo, pues la diferencia de combates era notoria. Pero recordé que disputé un título ante Bopp cuando yo tenía sólo seis peleas profesionales, en la séptima gané mi primer campeonato del mundo; pensé que ella también podría estar en una situación parecida a la mía.

La necesidad de retos que pongan a prueba su capacidad hizo que Ibeth solicitara a su empresa la posibilidad de competir en el torneo por el cinturón diamante del CMB. Mi siguiente rival será alguien que sacará lo mejor de mí, indica.