Los hámsters, que se estrenó ayer en la Cineteca Nacional y en algunos complejos comerciales, es la opera prima de Gilberto González Penilla, a quien en 2006 le surgió la idea de retratar a una familia que conocí en Tijuana, en la que cada miembro se la pasaba en su cuarto viendo el mismo programa. Quiso contar su vida de incomunicación.

La metáfora son los hámsters, animales solitarios y celosos de su espacio, como los individuos de esta familia, dijo a La Jornada cuando la estrenó en un festival de cine nacional.

Es una cinta sencilla; fue la tesis de González Penilla para egresar del Centro de Capacitación Cinematográfica.

Los hámsters, que representa, como otras historias filmadas fuera de la Ciudad de México, la descentralización de la producción, refleja sólo una anécdota familiar.

Es un problema vigente. La familia cada vez está más lejana, sus integrantes se comunican menos y mucho tiene que ver la tecnología, la cual hace que nos alejemos del contacto físico, compartió el director en una entrevista con el Instituto Mexicano de Cinematografía, que apoyó el filme por medio de estímulos fiscales.

Falta de empatía con el público

Quería dar otra imagen de la ciudad, salirnos de los temas de siempre. Aunque filmamos en el norte de Tijuana, se abordan situaciones que pueden ocurrir en cualquier parte de México y del mundo; cualquiera se puede sentir identificado, agregó el director debutante.

No es una cinta de arte, dijo, ya que hoy día el público mexicano no se acerca a las películas porque no se identifica con ellas, no siente que son las historias que suceden aquí; se aburren y se salen de la sala. Es un problema que como cineastas hay que atacar.

A lo que se refería el cinematografista es que se deben contar historias sencillas de forma ídem, en las que el público también disfrute, que se vaya con satisfacción y reflexión. Lograr una amalgama entre cine de autor y cine comercial.

La película es una comedia negra. Hablamos de esa crisis familiar que alguna vez hemos experimentado o atestiguado. No quiero generalizar, pero siento que hoy los padres, las parejas y los hijos no se comunican como antes, no pasan tiempo juntos, no se conocen; es preocupante, dice Gilberto González, quien se arriesga con temas actuales como la diversidad sexual, la paternidad temprana, el desempleo y la crisis de la edad.

Los seres humanos somos complejos, emocionales, y no hay por qué tener etiquetas, concluye.

El guión de Los hámsters fue coescrito con Carlos Rodríguez. La fotografía es de Juan Pablo Ramírez. El reparto incluye a Ángel Norzagaray, Gisela Madrigal, Monserrat Minor y Hoze Meléndez.