El aumento de la población mayor de 60 años en los próximos años implicará una gran carga en los sistemas de pensiones y de seguridad social, además de que el envejecimiento de la población se dará en forma más rápida en los países de renta media y baja, sostuvo Amalia Ayala, de la Organización Mundial de la Salud.

Durante el foro México y el Mundo, envejecimiento y vejez, nuevos retos, organizado por el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), dijo que el envejecimiento se vincula con el crecimiento económico y los países menos desarrollados experimentan el cambio más rápido. El 80 por ciento de adultos vivirá en naciones de ingresos medios y bajos, pues el envejecimiento de la población se da en éstos con más velocidad que en los desarrollados, lo que implica que tienen menos tiempo para prepararse.

Problemas y oportunidades

Agregó que la población mundial envejece rápidamente, lo cual es una evidencia de que se han logrado adelantos en la atención de enfermedades, pero hay problemas y oportunidades. Sin duda implicará una gran carga en los sistemas de pensiones y de seguridad social, aumentará la demanda de atención de problemas agudos y de atención primaria y requerirá personal sanitario más capacitado. Con todo esto las oportunidades son grandes, las personas mayores son un recurso estupendo para la familia, la sociedad, el trabajo. Poseen conocimientos que pueden aportar a toda la sociedad.

Actualmente, de acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el país hay 12.4 millones de personas de más de 60 años, las proyecciones son que en 2030 serán 20 millones y para 2050 se espera lleguen a 32 millones.

Uno de los aspectos más desafiantes es la velocidad con que se dará, coincidió Patricia Chemor, secretaria general del Consejo Nacional de Población.

En su intervención señaló que la rapidez con que se dará el proceso de envejecimiento de la población tendrá muchas implicaciones sociales: aumento de hogares con personas de más de 60 años, alto costo social y económico que originan las enfermedades crónico degenerativas y la readaptación de los servicios de salud.

Aseveró que el envejecimiento demográfico no sólo plantea desafíos en el área de salud o de financiamiento del sistema de pensiones, es una oportunidad para repensar la orientación de las políticas públicas para que se enfoquen en la atención de grupos vulnerables para dar un nuevo significado a la vejez. Sostuvo que las mejoras en la salud han llevado a un incremento en la esperanza de vida, que se ha duplicado en los recientes 80 años al pasar de 35 a 75 años en promedio.