El maestro y practicante de odissi, danza clásica de India, visita México por tercera ocasión
Ofrecerá un taller y dos presentaciones en la Ciudad de México y Guadalajara
Sábado 19 de noviembre de 2016, p. 8
Para ser buen bailarín primero tienes que ser buen ser humano, y siempre prodigar buenos deseos para toda persona
, dice Soumya Bose, bailarín y maestro de odissi, danza clásica de India, quien por tercera vez ofrece un taller en la Ciudad de México y un par de funciones de este arte milenario.
Bose (Calcuta, 1989), quien pertenece a la escuela de Kelucharan Mohapatra, advierte que el odissi, como proceso dancístico, empieza con el movimiento físico pero exige carácter, disciplina, puntualidad y dedicación.
En India hay nueve estilos de danza que han sido reconocidos con el rango de clásica, y el odissi es uno de ellos. Originario del estado de Orissa, en el este de aquel país, es considerado el más antiguo de ellos. Dado su origen devocional únicamente se ejecutaba dentro de los templos a cargo de las llamadas maharis
, mujeres consagradas a alabar al Señor Jagganath, una representación prevédica del dios Vishnú.
Durante la colonia británica fue censurada y a partir de la independencia de India todo su lenguaje fue recuperado y reconstruido por grandes gurus (maestros), como el mencionado Kelucharan Mohapatra.
Mantener el legado
Mi compromiso como maestro es mantener el legado en forma auténtica
, explica, y si bien la labor difusora de esta danza la realiza el Centro Cultural Gurudev Tagore, auspiciado por la embajada de India en México, “mi objetivo es formar una familia –un grupo– para compartir este conocimiento”.
–¿Ha encontrado alguna característica o limitación en sus estudiantes mexicanos?
–Tienen muchos talentos, pero la sadhana (la práctica) en forma adecuada es necesaria para dedicarse a esto. Por lo demás, son iguales a los rusos o a los indios.
Todos somos seres humanos, todos entendemos las emociones que emanan del corazón, y es ahí donde surge la danza.
El odissi se caracteriza por dos posturas corporales básicas: chauko, con una energía esencialmente tandava (masculina), y tribhanga, con energía lasya, (femenina), así como el movimiento rítmico del torso y fuertes percusiones de los pies.
Lo sofisticado de sus posturas –características de las figuras escultóricas indias– y la sutileza de su movimiento resultan de enorme belleza, pero es ahí donde reside su mayor complejidad.
–¿Qué resulta más difícil: ser buen bailarín o buen maestro?
–Ambas tareas se gozan si sabes cómo realizarlas, pero el primer deber es entender el lenguaje del odissi toda vez que, como bailarín, en algún momento te convertirás en maestro y tu obligación es conservar el estilo.
Hasta el momento este estilo de danza no tiene escuela en México; sin embargo, bailarinas como Djahel Vinaver, Kena Acosta, Sak Nikté Romero, Marcela Palomo, Claudia Olvera, Patt Zamores y Quiahui Fuentes han aprendido el estilo en India y lo han dado a conocer en el país.
Discípulo destacado de Srimati Sujata Mohapatra –aclamada gurú e intérprete de odissi– Soumya Bose es becario del gobierno de India y ha sido reconocido con el premio de la Academia de Danza y Música de ese país.
Se ha presentado en reconocidos festivales dentro y fuera de India. Como maestro ha impartido cursos en Rusia, Trinidad y Tobago y México.
En su tercera visita al país, el artista hará dos presentaciones. La primera en la Ciudad de México y la segunda en Guadalajara.
Hoy presenta Saranagati, la entrega del alma en un tradicional programa de odissi que incluye danzas de invocación, un pallavi –danza pura–, un abhinaya –narración– y moksha –danza de cierre, mediante la cual el bailarín alcanza la liberación de su espíritu.
La función se realizará en Un Teatro Alternativa Escénica (Nuevo León 46, colonia Hipódromo Condesa) a las 21 horas.
Asimismo, el sábado 26 participará en la capital de Jalisco en el festival Ratha Yatra, de la comunidad Hare Krishna.