Alguna vez considerada género menor, la literatura de aventuras (como ciencia ficción o policiaca) ha demostrado que no lo es.

Mediante los libros que se enmarcan en esa vertiente es posible construir una memoria y reflexionar sobre lo que ocurre social o políticamente porque profundiza sobre temas que los medios de comunicación presentan de manera superficial; humaniza y, en cierta forma, con sus héroes y antihéroes se obtiene cierta forma de justicia.

La literatura de aventuras fue el tema que los escritores Paco Ignacio Taibo II, Imanol Caneyada y Juan Manuel Aguilera desmenuzaron durante una mesa redonda efectuada el pasado miércoles en la jornada inicial de la Feria Internacional del Libro de Tlalpan.

En el norte de México la novela negra comenzó a sacarnos de la parálisis para profundizar sobre un hecho brutal y gracias a esta literatura de aventuras podemos establecer un diálogo con el lector y comenzar a sanar las heridas que ha dejado la guerra contra el narco que comenzó Felipe Calderón, dijó Caneyada.

Una de las grandes posibilidades de esa literatura, por más negra que sea la novela negra o más distópica que sea la ciencia ficción, abren una ventana a la esperanza porque ese antihéroe que las protagoniza aplica cierta forma de justicia, agregó el autor de Tardarás un rato en morir. Quienes incursionamos en esta literatura de aventuras sí asumimos una postura política y social.

La novela de aventuras, añadió Taibo II, no es literatura de evasión, como pensaba la izquierda mexicana hace unas décadas.

La literatura de aventuras no es pecaminosa. Los libros aburridos sí, dijo el creador del detective Belascoarán Shayne.

Hollywood se ha empeñado en la teoría del final feliz, pero cuando uno escribe se debate entre ese final feliz y el realismo y encuentra un punto medio, dijo Taibo II. Escribo con relativos finales felices porque lo necesito: que el criminal pague. Estamos en un país de muertes colaterales, de abusos del poder, donde se pretende destruir a las normales rurales, donde ser inocente o culpable es producto de un accidente; entonces, ¿cómo haces una literatura que sea esa luz al final del túnel? Lo haces novela tras novela.

Llenar huecos

La literatura de aventuras, en un momento en que todo sobre la Tierra ha sido descubierto, se traslada a la ciencia ficción o a la novela negra, y son esas literaturas de acción las que de alguna manera llenan huecos y se convierten en una especie de memoria colectiva y quizá en un tiempo los mexicanos y no mexicanos podrán acercarse a lo que está ocurriendo en el país gracias a esa vertiente literaria. La memoria está, creo, en la ficción, refirió Imanol Caneyada.

En la feria editorial, que concluirá el domingo 20, para este viernes se ha programado un remate de libros a las 16 horas, danzón a las 17 horas y será comentado Cuentos de amor y deseo, de Beatriz Escalante. En algunas presentaciones se obsequian ejemplares.

El encuentro, organizado por la Brigada para Leer en Libertad y la delegación Tlalpan, se desarrolla en la explanada de esa demarcación (Plaza de la Constitución 1, Centro de Tlalpan).