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El cantautor de Mexicali se presentó en el Lunario del Auditorio

Juan Cirerol enciende a fans con su polka, punk y country
Foto
Juan Cirerol promueve su nuevo disco, Todo FineFoto Felipe Martín del Campo
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de noviembre de 2016, p. a15

Gritos como ¡Soy junkeeee!, ¡Te amo, Cirerol! surgieron desde el ronco pecho de cientos de jóvenes que rompieron caderas a ritmo de la fusión de música norteña, polka, punk y country, y vivieron la pasión desbordada del primer concierto propio de Juan Cirerol, el sábado pasado en el Lunario del Auditorio Nacional.

Durante más de dos horas corearon con inusitada memoria y pasión las letras de las 27 rolas con las que el joven de Mexicali (1987), apodado el Johnny Cash mexicano, encendió el foro. Aquí y en todos lados lo único que ocupas es amor, cantó a la John Lennon al interpretar I Love You, a lo que el público respondió con corazones formados con las manos y las luces neón de los celulares.

“Quisiera que cuando lloviera en vez de agua cayera perico”, entonó con su voz aguardentosa en Se vale soñar, y con frenéticos movimientos de cabeza y gritería repitieron los fans. ¡Que no existiera el perro gobierno!, continuó, y los seguidores estallaron delirantes.

Anarcocorridos

“Espero que se la estén pasando fine”, arengó el intérprete, mientras seguía con canciones en las que el amor, la melancolía y las mushashas shulas se entremezclaban en el mismo mundo de un pericazo, un gallo y los anarcocorridos. Todo con ese sonsonete norteño que en momentos llevaba a las parejas a abrazarse y a bailar cachondamente, para después motivar movimientos casi epilépticos con el arañazo de su guitarra docerola a velocidades desenfrenadas.

Nunca me había imaginado tocar en un lugar como éste. Y esto es gracias a ustedes, dijo con voz entrecortada y potente el cantautor, que hasta ahora había participado en festivales como el Vive Latino o abierto conciertos de Andrés Calamaro o Enrique Bunbury, pero no había tenido una presentación en la que él fuera el protagonista.

El también llamado Bukowski norteño aprovechó el concierto para promover su reciente disco Todo Fine y el EP En los días de música triste, con cinco canciones inéditas; pero, más allá de eso, la velada significó un parteaguas en su carrera. En los pasados ocho años, Cirerol pasó de tocar su música en camiones, taquerías y bares a consolidarse como uno de los músicos independientes más originales y atrevidos de su generación, para finalmente firmar con Universal Music el año pasado.

La verdad es que no estaba preparado académica ni musical ni mentalmente para la aceptación que comencé a tener; me empecé a volar mucho, confesó el mexicalense a la periodista de La Jornada Patricia Peñaloza hace unos días (Ruta Sonora, 11/11/16). Me animé a entrar a rehabilitación porque estaba ya metiéndome muchas madres y ahora me siento mucho mejor, aseguró el joven, quien dejó ya los tiempos de desenfreno y busca enfocarse de forma total en su carrera musical, lo que ha sido muy criticado por sus seguidores.

A lo mejor ya se vuelve a drogar, gritó casi al final del concierto una esperanzada voz de entre los asistentes. Mientras que Cicerol cerró la eléctrica noche con un alargado: Sabes que me gusta la metanfetaaaaaaaa, que terminó de encender los ánimos de un público ya de por sí acalorado.