El artista Marcelo Balzaretti (1971-2013) es sujeto de una exposición, en la Casa de Cultura San Rafael, la primera que se monta después de su fallecimiento.

Reúne unas 40 obras, entre grabados, libros de artista en acrílico, arte cinético, pintura, escultura y animaciones en video y fue organizada por sus amigos y compañeros de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (hoy Facultad de Artes y Diseño) de la Universidad Nacional Autónoma de México: Gabriela Galindo, Adriana Camacho, Sofía Echeverri, Demián Flores, Ernesto Morales, Plinio Ávila, Raquel Abenchunchan y Gabriel Santamarina.

En la exhibición se hace patente la calidad de la obra de Balzaretti, considerado uno de los artistas más destacados de su generación.

Fue un grabador de altos vuelos y, al respecto, Gabriela Galindo, curadora de la muestra, explica cómo el artista investigó, por ejemplo, técnicas tradicionales de Japón, como la costumbre de los mercaderes de entintar pescados que imprimían para mostrar su tamaño ante posibles compradores.

Balzaretti trasladó esas impresiones al medio digital y con las imágenes generó piezas en movimiento, como la animación Peces reanimados (2004).

No conforme con los peces, comenzó a imprimir moluscos, mantarrayas y pulpos hasta que llegó a su propio ser, como se puede ver en la obra Muerte y resurrección, impresión del cuerpo con tinta sobre poliéster.

La muestra incluye dos ejemplos de arte cinético. Uno, Cronosecuenciador No. 1 (2012), que se expone por primera vez y el panel Variaciones lumínicas para la contemplación del tiempo, con el que participó en 2010 en el ciclo Diálogos contemporáneos, organizado en el Museo Nacional de Arte (Munal), con motivo de los 100 años de la construcción del edificio que ocupa ese recinto.

Para la realización de este último, Balzaretti estudió la paleta de colores del área que le tocó en el museo y de allí sacó el pantone básico del color de la época colonial. A un costado de la pieza se ha colocado una copia del cuadro La virgen del Apocalipsis, de Miguel Cabrera, como se exhibió en el Munal.

Galindo apunta que ambas obras, serigrafías sobre aluminio en varias capas, con motor, son muy complejas en su manufactura. Están en movimiento y generan una ilusión óptica muy delicada.

La pintora Sofía Echeverri, también becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en 2006-2007, al igual que el expositor, señala que Balzaretti estaba muy apegado a la ciencia: “Quería expresar ciertos hallazgos científicos –ya sea las vibraciones del sonido o las ondas telúricas– desde su punto de vista. El resultado estético siempre era muy Marcelo, en un lenguaje muy personal”.

También se interesó por los materiales. Balzaretti dominaba perfectamente el grabado, pero su búsqueda no se quedaba allí. Para la obra Resonancias magnéticas utilizó la limadura de hierro pegada sobre el papel. Ninguna de sus obras es casual, en todas hay detrás una investigación profunda y eso hacía que su trabajo destacara.

Para Antonio Ortiz Gritón, director de la Casa de Cultura San Rafael, la exposición demuestra que son los mismos artistas los que realmente hacen la difusión cultural.

La exhibición Marcelo Balzaretti, en la Casa de Cultura San Rafael (calle José Rosas Moreno 110, colonia San Rafael), concluirá el 8 de diciembre.

Asimismo, habrá pláticas con artistas y curadores, así como conciertos.