El incidente diplomático registrado entre México y Cuba en el sexenio de Vicente Fox, conocido como El comes y te vas, fue resultado de miopía política, señaló el embajador de la isla en el país, Dagoberto Rodríguez Barrera.

Lejos de aquel tropezón del que preferimos ya ni acordarnos, el diplomático aseguró que actualmente la relación entre las dos naciones se encuentran en un muy buen momento.

A unos días de concluir su misión en México, evaluó que en los cuatro años que estuvo al frente de la representación cubana se tuvieron resultados positivos.

Actualizamos toda la base jurídica de la relación bilateral; se firmaron 14 acuerdos; se logró un alto y fluido nivel de diálogo político y hubo intercambio de visitas presidenciales y de cancilleres, enumeró el embajador durante una entrevista realizada el jueves pasado durante un coctel en el cual se despidió de diplomáticos, dirigentes políticos, legisladores, funcionarios y amigos.

La reunión se llevó a cabo en la embajada de Cuba y a esta acudieron cientos de personas, entre otros, el dirigente del Partido del Trabajo, Alberto Anaya; la secretaria general de Morena, Yeidckol Polevnsky; el subsecretario de Relaciones Exteriores Carlos de Icaza; la embajadora de Venezuela en México, María Lourdes Urbaneja, y el priísta Gustavo Carvajal, antiguo responsable de las relaciones internacionales del tricolor.

Rodríguez Barrera apunto que en los últimos cuatro años ha aumentado la inversión mexicana en la isla, no en la medida que se quisiera, pero ha ido incrementándose. Aunado a ello, la presencia de la cultura cubana en México es realmente amplia y los lazos académicos, científicos y deportivos se mantienen de manera creciente.

Asimismo, destacó que hay una comunicación entre los dos parlamentos, muy positiva, que ayudó a que en estos cuatro años, tanto la Cámara de Diputados como el Senado emitieran puntos de acuerdo en favor del levantamiento del bloqueo a Cuba y por la liberación de los cinco isleños que estaban presos en Estados Unidos. Esto es algo que realmente apreciamos; lo vemos como un apoyo directo de las causas que son fundamentales para el pueblo cubano, añadió.

–¿Qué quedó pendiente? –se le preguntó.

–Creo que la relación económica debe ser mucho mayor de lo que es, porque el potencial es muy grande. Es verdad que la relación nuestra está cargada de afecto y de cariño, de historia. Pero si a ese afecto, a ese cariño, usted le pone hechos concretos que beneficien a la sociedad, la relación se hace mucho más fuerte y eso es lo que creo que hay que seguir trabajando. Pero estamos en ese camino. Hace unos años había apenas uno o dos proyectos de inversión, ahora tenemos ocho proyectos en marcha y hay docenas que están siendo analizados y se van a aprobar en el futuro cercano.

Agregó que la movilidad entre los dos países era pequeña y mayormente de mexicanos que iban a Cuba. Al final de este año, deben haber viajado a su país más de 120 mil mexicanos, y más de 80 mil cubanos deben haber venido acá. Todo eso se traduce en vínculos y relaciones que van más allá de los gobiernos. Son conexiones directas entre las personas y las instituciones y eso también es un resultado importante a anotar, porque eso le da una solidez a los vínculos muy grande.

–Para precisar, ¿en cuánto quisieran que aumentara la inversión mexicana?

–El año pasado la inversión general en Cuba rondó los mil 500 millones de dólares. Aspiramos a por lo menos 2 mil 500 millones. Hace dos días se presentó el portafolio de oportunidades de negocio para el próximo año. Se dieron a conocer casi 400 proyectos con un valor cercano a 9 mil millones de dólares. Las compañías ahora comienzan a identificar sus intereses. Pienso que va a haber un crecimiento de empresas mexicanas en esta posibilidad, puntualizó.

Por último, el embajador Rodríguez Barrera insistió en que la relación entre los dos países se encuentra en un muy buen momento; con fluidez en el diálogo y una capacidad para conversar sobre todos los temas, incluyendo aquellos donde hay diferencias.