México y Suiza, países de economías abiertas, suscribieron ayer acuerdos más allá de lo comercial. De los helvéticos, al país le interesa adoptar elementos de su modelo de enseñanza, mientras aquéllos firmaron ayer un acuerdo con las autoridades mexicanas en materia de propiedad industrial, para combatir la piratería de su famosa industria relojera.

El presidente Enrique Peña Nieto recibió en visita de Estado a su similar de Suiza, Johann Schneider-Ammann, en el Palacio Nacional. Hubo recepción de honor, conversaciones privadas, suscripción de cinco documentos bilaterales y un almuerzo en el Salón de la Tesorería.

Además de ocurrir en el contexto del 70 aniversario del inicio de relaciones diplomáticas, un punto central de interés para el encuentro está en el impulso a las negociaciones para modernizar y profundizar el pacto, vigente desde 2001, entre México y la Asociación Europea de Libre Comercio, integrada por Suiza, Noruega, Liechtenstein e Islandia.

Tanto en el mensaje a los medios de comunicación como en la comida tradicional en estas ocasiones, el presidente Peña Nieto resaltó el interés de México por aprovechar el modelo educativo suizo y orientar las políticas públicas hacia el objetivo de elevar la calidad de la enseñanza.

Schneider defendió con orgullo el sistema de formación dual de su país, en el que se combinan enseñanza teórica y práctica. Suiza está dispuesto a revelar sus secretos. No son tantos, pero es un sistema que se ha desarrollado a lo largo de 150 años, no es algo que se crea en un instante.

El mandatario mexicano informó que explicó al visitante el proceso de reformas estratégicas impulsadas, principalmente la energética y la apertura considerada en ésta a la inversión privada. Se impulsa y prepara a Petróleos Mexicanos (Pemex) para ser un competidor mundial.

La víspera –le indicó Peña Nieto– se presentó el nuevo plan de negocios de Pemex, precisamente para lograr mayor consolidación (y) fortalecimiento de su condición financiera. Todo ello, agregó, representa también una ventana de oportunidad para aquellos países que quieran participar en estos procesos de asociación hacia los cuales se dirige la empresa para crecer, ampliar sus plataformas productivas y de explotación e incursionar por vez primera en la producción en aguas profundas.

Más de 800 empresas suizas invierten en México, generan alrededor de 50 mil empleos y la balanza comercial entre los dos países en 2015 fue de 3 mil 435 millones de dólares, favorable para México.

Schneider definió a Peña Nieto como un colega, un compañero que reconoce la importancia de la apertura comercial y que representa los valores liberales.

Peña Nieto y Schneider atestiguaron la firma de un acuerdo sobre servicios aéreos regulares; una carta des intención para negociar un instrumento de cooperación sobre los colegios biculturales suizos en México y otra más para cooperar en educación y formación técnica profesional; un convenio entre la Procuraduría General de la República y la Federación de la Industria Relojera Suiza, y un memorando de entendimiento en materia de regulación de productos terapéuticos.

En el comunicado conjunto de la visita también se destacó el interés de los dos países por continuar las consultas sobre temas multilaterales y se anunció la creación de la Alianza Suiza por la Educación Dual.

Además, se hizo explícita la colaboración entre México y Suiza en materia fiscal, y mencionaron la importancia de la norma internacional en materia de intercambio automático de información financiera y su plena aplicación como medio eficaz de lucha contra la evasión y los fraudes fiscales.