En la tercera Jornada de Ética Pública, Prevención de la Corrupción y Ciudadanía, celebrada en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapala (UAM-I), académicos coincidieron en afirmar que la corrupción se puede vencer si primero se comprenden las dimensiones del fenómeno, pues tiene numerosas vertientes y, por tanto, son necesarios diferentes enfoques.

Óscar Diego Bautista, del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma del estado de México, sostuvo que la ética pública es un poderoso instrumento para el control de la corrupción, pero prevalece un enorme desconocimiento o ignorancia sobre éste y otros conceptos, inherentes a la filosofía y a la política.

El también doctor por la Universidad Complutense de Madrid señaló que en todos los países existe el fenómeno de la corrupción, pero hay algunos con más y otros con menos casos, y aquellos que han logrado disminuir sus índices lo han hecho porque cuentan con instrumentos éticos de aplicación práctica.

Al referirse al perfil ético con que deben entrar los servidores públicos, el politólogo dijo que al llegar a los cargos públicos se omite este requisito y al no tener las características idóneas y las capacidades necesarias, los resultados son catastróficos.

Un perfil ético significa que todo individuo que aspira a un cargo público debe conocer y poseer los valores del servicio público.

Édgar Espinosa Betanzo, investigador de la UNAM, recordó que de acuerdo con Transparencia Internacional, México es el país más corrupto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

Urgió a fortalecer el servicio profesional de carrera, ya que en el país más de 90 por ciento de los funcionarios de la administración pública ocupa el puesto por asignación, por lo que no se garantiza que cumpla adecuadamente con su función, cuando en otros países hasta un barrendero accede a un puesto mediante concurso de oposición.