En México el potencial de generación de energía eléctrica a partir de biomasa es de 97 por ciento, pero sólo se utiliza para ese fin 3.5 por ciento de los residuos agrícolas y forestales.

Para revertir esta situación el Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM, con el respaldo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y de la empresa G2E, desarrolla el Centro de Transferencia Tecnológica de Gasificación de Biomasa.

Dicho centro, ubicado a un costado del Centro de Exposiciones y Congresos, en la zona de la planta de composta de Ciudad Universitaria, es único en su tipo y busca innovar y transferir tecnología que permita usar los restos de biomasa que se producen en los campos y bosques como una fuente de energía sustentable, la cual además de no contaminar, contribuirá a disminuir las emisiones a la atmósfera a través de la producción de biocarbón.

Luis Álvarez Icaza, director del II, explicó que la planta demostrará la viabilidad de las tecnologías de gasificación.

En la presentación de dicho centro a los medios de comunicación, explicó que mediante la gasificación –proceso termoquímico con el cual se tratan los residuos agrícolas y otros tipos de biomasa– se genera gas de síntesis que puede ser transformado en energía térmica, eléctrica o mecánica.

En la descomposición de la biomasa se genera una serie de gases útiles, en particular hidrógeno, monóxido de carbono y metano, todos combustibles. Una tonelada de residuos pasada por el proceso de gasificación puede generar 960 kilovatios por hora.

También se puede producir biocarbón, material que al añadirlo a los suelos permite la fijación de nitrógeno y de microorganismos que mejoran su rendimiento.

Detalló que se trata de un proceso neutro, que contribuye a la disminución de las emisiones de bióxido de carbono. Con los residuos forestales que se generan (aproximadamente 1.5 millones de toneladas anuales) se pueden evitar 2.78 millones de toneladas de gases de efecto invernadero.

Estos procesos serían de gran impacto en comunidades rurales, sobre todo aquéllas que no tienen acceso a electricidad y a gas.

Jesús Arroyo, director general de Fibras Naturales y Biocombustibles de la Sagarpa, comentó que en este proyecto se evalúan 10 diferentes tipos de biomasa: trigo, maíz, higuerilla, caña de azúcar, agave, fibra de coco, gallinaza, coproducto de invernaderos, café y jatropha.

El centro tuvo una inversión de 10.9 millones de pesos en equipamiento por parte de la Sagarpa.

En el caso del maíz, una tonelada de olote vale 4 mil 983 pesos en gasolina, cuando la tonelada del grano se paga en 2 mil 500 pesos.

Daniel Camarena, director general de G2E, dijo que una tonelada de olote puede producir 812 pesos en electricidad.