La caída en la producción de petróleo y la falta de un fuerte ajuste fiscal para reducir el tamaño de la deuda respecto del producto interno bruto (PIB) son los mayores riesgos para el crecimiento y la estabilidad económica de México, consideró Bank of America (BoA)-Merrill Lynch.

Al ser una economía abierta, la mexicana ha sido afectada en forma negativa por la desaceleración del crecimiento global y la caída en los flujos de comercio mundial, explicó Carlos Capistrán, economista en jefe para México de la firma financiera. Es probable que el crecimiento potencial –el que se daría con la utilización plena de la capacidad instalada– se haya reducido después de una fuerte caída en los ingresos petroleros del país y de una reducción del crecimiento potencial de Estados Unidos, consideró.

El ingreso petrolero de México cayó de representar un monto equivalente a 6 por ciento del PIB en 2013 a alrededor de 2.5 por ciento en 2016, después de una fuerte reducción en los precios internacionales de crudo y en la producción interna, añadió.

Mientras, el crecimiento potencial de Estados Unidos, principal destino de las exportaciones mexicanas, ha caído de un nivel alrededor de 3 por ciento antes de la recesión de 2008-2009 a 1.7 por ciento, agregó.

Los choques adversos también están afectando al ciclo de negocios en México. Los precios de la mezcla mexicana cayeron a 20 dólares por barril (dpb) al principio del año, muy por debajo de los niveles sostenibles de 40 dpb en la segunda mitad de 2015 y desde mediados de 2016. Para el próximo año se prevé una recuperación a los niveles alrededor de 50 dpb, apuntó.