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Mariana Terán y Uriel Márquez dan a conocer investigación histórica y jurídica

Documentan irreverencia de campesinos que reclamaron tierras en Zacatecas

Los académicos de la UAZ arrojan luz sobre la matanza de 18 personas perpetrada hace 88 años

Impunidad de los autores intelectuales y materiales en el caso de la colonia agrícola La Blanquita

Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 3 de noviembre de 2016, p. 7

Zacatecas, Zac.

Ochenta y ocho años después de la matanza de 18 personas perpetrada en 1928, en la colonia agrícola La Blanquita, ubicada dentro del perímetro de la Hacienda de Trancoso (20 kilómetros al sur de la capital zacatecana), perteneciente entonces José León García Villegas, es documentada.

Después de una meticulosa investigación histórica y jurídica sobre esos hechos, los docentes de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) Mariana Terán Fuentes y Uriel Márquez Valerio publican un libro en el que se incluyen múltiples fuentes documentales y testimonios de aquella masacre, que se caracterizó por la impunidad de los autores intelectuales y materiales.

Donde sopla el viento, más allá… en La Blanquita se titula el libro que los autores presentaron el pasado fin de semana, elaborado con el auspicio de la Secretaría de Cultura federal y el gobierno de Zacatecas, por conducto del Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde, publicado por Taberna Libraria Editores.

Todo era una “relinchadera de los caballos, los perros aullaban. No nos dejaron que nos arrimáramos. Nos tumbaron, nos arrastraron a todas. Y a mí me sentaron en las ramas (de un árbol) y a mi niña chiquita, y a él se lo llevaron arrastrando como si se hubieran llevado a un perro. Todavía él nos llamó. Lo machucaron con el caballo, lo pisotearon y se paró. Todavía quiso correr, pero ya no llevaba talones, se los habían mochado.

Lo martirizaron y hasta ahí aguantó. Luego de que lo mataron, lo desnudaron. Cuando ya acabaron de matarlos, nos ro-dearon a todos y nos preguntaron que quién era la esposa del presidente, pero nadie les dio razón, porque todo era un valle de lágrimas.

Los dos párrafos precedentes son un fragmento de una carta escrita por Inés Torres Castillo, esposa de Tomás Raudales, una de las 18 viudas –cuyo testimonio se incluyó en el libro.

Corrupción

El 26 de septiembre de 1927, los peones de la Hacienda de Trancoso solicitaron de manera formal a las autoridades agrarias el reparto de las tierras que ellos trabajaban. La respuesta les llegó ocho meses después, cuando fueron asesinados por órdenes del hacendado García Villegas.

Después de la matanza, Joaquín García –hijo del hacendado José León– todavía les negó el carretón a las viudas para trasladar los cuerpos de sus maridos al panteón municipal. Que los entierren ahí donde querían la tierra para que (se) la traguen hasta que se harten, habría sido su respuesta de acuerdo con el testimonio de las dolientes.

Mariana Terán Fuentes, doctora en historia, señaló en la presentación del libro efectuada en la Ciudadela del Arte de la capital de Zacatecas, que en la mayor parte de las fuentes documentales y los testimonios obtenidos existe una voz coincidente: “el grupo de campesinos que se enfrentó al gran hacendado fue un acto de verdadera ‘irreverencia’, pues ¿cómo era posible que unos pobres hombres de campo reclamaran tierras al gran propietario?”

Además, dijo, el lenguaje que usaron esos jornaleros en los documentos oficiales que dirigieron al Departamento de Agricultura y Fomento expresa el conocimiento que tenían de las leyes, de los logros que habían resultado del movimiento revolucionario, pues se sabían no sólo con el derecho de ir a la cuerda, sino con el derecho de convertirse en pequeños propietarios rurales.

Lamentablemente, indicó Terán Fuentes, nuestro libro no es noticia y no lo es porque uno de los problemas transversales que cruzan las generaciones en México son la impunidad y la corrupción. Ahí está el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, también impune, se recordó.

Muchas leyendas distorsionadas

Por otra parte, ahora se conoce que una vez ocurrida la matanza de los campesinos y a pesar de que se abrió el expediente 43/928 en el distrito judicial de Zacatecas, jamás se detuvo ni castigó a los responsables.

El hacendado García Villegas y su hijo Joaquín García fueron citados unos meses después a declarar sobre la acusación de que ellos habían orquestado la masacre.

Sin embargo, no acudieron a declarar ante la autoridad judicial, sino hasta que literalmente les dio la gana, dos años después de ocurridos los hechos. Fue un proceso sin proceso, afirmó Uriel Márquez Valerio, también abogado y ex magistrado del Tribunal Superior de Justicia del estado de Zacatecas.

Donde sopla el viento, más allá… en La Blanquita dará luz con la información documental obtenida de fuentes históricas y judiciales, sobre un acontecimiento que a la fecha marca a la población de Zacatecas e incluso de Aguascalientes y San Luis Potosí, donde la familia del hacendado tenía vastas propiedades. Suceso del que hasta ahora existían muchas leyendas distorsionadas.

Ricardo de la Rosa Trejo, también investigador universitario y uno de los principales impulsores de ese trabajo, recordó que durante años muchos sacerdotes de la región centro y sur del estado difundieron entre su feligresía la versión de que los campesinos fueron asesinados porque decían falsamente que formaban parte de una banda de ladrones, que habían robado varias iglesias, entre ellas una de Jalpa, y por eso los cristeros vinieron a matarlos.

El 20 de mayo de 1928 dos periódicos de Zacatecas cubrieron el trágico suceso de La Blanquita. El Surco publicó: El grupo de gente armada era encabezado por un sacerdote católico, mientras El Machete señaló abiertamente: Fue un cobarde asesinato de José León García en complicidad con los cristeros.