El aceite de cáñamo con cannabidiol se fabrica en Estados Unidos y en México se importa con permisos emitidos por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). El producto sirve para aliviar síntomas de niños que viven con epilepsia de difícil control, ayuda a adultos con enfermedades terminales que requieren cuidados paliativos y más recientemente para el manejo de la neuropatía diabética.

De octubre de 2015 –cuando la Cofepris autorizó la adquisición del producto por primera vez– a la fecha, se han otorgado 125 permisos de importación de la mercancía catalogada como suplemento alimentario. Es un extracto de la planta de mariguana pero no contiene tetrahidrocannabidol, sustancia que provoca adicción.

El aceite adquirió relevancia a partir de que la familia Elizalde interpuso una demanda legal y obtuvo sentencia de un juez federal que ordenó a la autoridad sanitaria facilitar el acceso de la niña Grace –quien tiene epilepsia– al suplemento que le permitiría mejorar su calidad de vida, pues no responde a los medicamentos disponibles en el país.

Lo anterior, no obstante que un mes antes la Cofepris había ofrecido apoyo para la importación legal del suplemento. Los pacientes que lo requieran sólo deben pedirlo y presentar la receta médica. El permiso de importación se entrega en un plazo de 24 horas, indicó la comisión.

Al debate que se suscitó el año pasado por el caso de la niña Grace se sumó la resolución de la Suprema Corte, que en noviembre de 2015 autorizó a cuatro personas el uso lúdico de la mariguana y luego a la polémica sobre la legalización de la cannabis.

A partir de lo anterior, el gobierno federal convocó a foros de discusión y envió una iniciativa de reforma legal para permitir el uso de la planta en investigaciones científicas y aumentar la dosis autorizada para consumo personal. La iniciativa sigue pendiente de discusión en el Congreso de la Unión.

Hace unos días, la empresa Hemp Meds de Estados Unidos, distribuidor del aceite de cáñamo, difundió que su producto también será usado para personas con neuropatía, una complicación de la diabetes.

La Cofepris autorizó la importación a la señora Aída Gutiérrez, de 52 años, quien vive en Torreón, Coahuila.