Hoy lo consideran un prospecto que puede ser campeón del mundo
Jueves 27 de octubre de 2016, p. a18
Todo salió mal en la primera aparición profesional de Eduardo Rocky Hernández. El muchacho que en aquel entonces (enero de 2014) tenía 16 años no perdió su primer combate. De hecho, noqueó en el primer asalto a su rival, un joven al que apodaban El Ferras, quien después de tres caídas, un upper y un volado cayó a la lona, pero luego empezó a convulsionar como poseído.
Rocky había llegado a ese combate presa de los nervios y la inseguridad. Algunos boxeadores profesionales lo acosaron con burlas y groserías.
No se me olvida que mucho fueron mala onda conmigo; otro me dijeron que desde cuándo cambiaban pañales en el boxeo
, cuenta el joven de ahora 18 años, quien hace unos días noqueó a Víctor Vikingo Terrazas. Esa victoria le dio su primer cinturón, el latinoamericano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Cuando vi convulsionarse al chavo me espanté, no sabía qué hacer y quería levantarlo. Le pedía perdón y hasta casi lloro del miedo
, refiere.
Rocky pensó dejar el pugilismo en ese momento. Era un adolescente inseguro, acosado por boxeadores crueles y un susto en su primera pelea profesional era demasiado para él, que se define a sí mismo como sentimental.
Al recibir el primer cinturón de profesional no pudo terminar de agradecer porque la voz se le quebró y las lágrimas no lo dejaron hablar. Pero estaba feliz.
Decidió volver a pelear y empezó a ganar respeto como boxeador. Ahora es reconocido por su pegada que lo mantiene invicto después de 24 combates.
Eduardo Hernández ha sido, es, confiesa, un joven melancólico y demasiado tranquilo. Esa personalidad, aunque parezca contradictorio, lo llevó al pugilismo.
De niño sufrí el abuso de otros más grandes que me pegaban y yo no respondía. Por eso pensaba que me gustaría aprender algo para defenderme. Así llegué al gimnasio, me llevó mi papá y me gustó desde el primer día
, recuerda.
A Rocky ahora lo consideran un prospecto que podría llegar a campeón del mundo. Un par de años, calculan algunos, pero él trata de ser paciente. Sabe que en el trayecto muchas carreras se frustran.