Podemos amenaza con romper los pactos de gobierno en Aragón, Valencia y Baleares
Federaciones de Cataluña, el País Vasco y legisladores cercanos a Pedro Sánchez no se abstendrán
Martes 25 de octubre de 2016, p. 24
Madrid.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) está fracturado y sus direcciones territoriales se encuentran divididas tras la decisión histórica que adoptó el pasado domingo el Comité Federal de abstenerse en la sesión de investidura del conservador Mariano Rajoy para desbloquear
la situación de parálisis que vive el país desde hace diez meses.
Muchos diputados advirtieron que no acatarían la decisión y que en ningún caso se abstendrán, sino que mantendrán su voto de negativa. Más aún, el partido emergente Podemos amenazó con romper los pactos de gobierno en Aragón, Valencia y Baleares, tres regiones autonómicas que podría perder el frente de izquierdas.
Después de uno de los comités federales más difíciles en la historia reciente del PSOE, las direcciones territoriales de la formación política volvieron a sus terruños para organizar a sus fieles y exponer sus posturas. Las federaciones de Cataluña y el País Vasco anunciaron abiertamente que votarán no
y acatarán las consecuencias –sanciones económicas– de esta decisión.
En esta misma postura se encuentran otros diputados, la mayoría los más próximos al líder socialista defenestrado, Pedro Sánchez, entre ellos la ex magistrada Margarita Robles, que apelaron a la objeción de conciencia
en una votación que a su juicio trastoca la fibra más sensible de su discurso en los últimos años.
El presidente de la gestora que dirige al PSOE, el asturiano Javier Fernández, mantuvo que lo acordado en el Comité Federal fue facilitar la investidura de Rajoy para sacar al país de la parálisis, y que la abstención debería ser de la bancada completa, y no como le han propuesto algunos de limitarla al mínimo necesario –11 diputados– para que Rajoy sea investido. La decisión final todavía está en el aire, sobre todo ante las amenazas de ruptura y fractura de un partido con más de 130 años de historia que actualmente vive una de las peores crisis de su historia reciente.
Rajoy, el presidente del gobierno en funciones, ha mantenido un silencio prudente ante la crisis del PSOE, su principal adversario político hasta este domingo, y que ahora le facilitará su relección. Sólo se limitó a decir que la decisión le parecía lo más sensato
para evitar las supuestas consecuencias que tendrían unas terceras elecciones en menos de un año para el país, entre ellas las supuestas sanciones de la Unión Europea (UE) y la parálisis de numerosas inversiones públicas en los tres niveles de la administración.
Para añadir gravedad a la crisis del PSOE, desde Podemos se anunció que de concretarse la abstención para investir a Rajoy corren riesgo los pactos de gobierno suscritos en la Comunidad Valencia, Aragón y las Islas Baleares. Esto supondría que el frente de izquierdas podría perder estos tres territorios, además cabe recordar que Podemos y los socialistas tienen acuerdos en numerosos ayuntamientos del país, entre ellos las dos ciudades más grandes: Madrid y Barcelona que, al menos de momento, no se ha dicho que también estén en riesgo.
Entre tanto, el rey Felipe VI, en calidad de jefe del Estado, inició una ronda de consultas con los grupos parlamentarios para cumplir con el protocolo antes de enviar de nuevo su propuesta de investidura al Congreso de los Diputados. Sólo que ahora, a diferencia de las dos rondas de consultas que ha llevado a cabo en los últimos meses, las cartas están sobre la mesa: el PP, con 137, Ciudadanos, con 32, y Coalición Canaria (CC), con uno, sumarán 170 escaños. Con lo que la abstención de los socialistas permitirá que Rajoy sea investido en segunda votación y por mayoría simple, lo que le otorgará las facultades para gobernar los próximos cuatro años.