Brasilia.

Agentes federales arrestaron este viernes a Pedro Carvalho, jefe de la policía legislativa de Brasil, y a tres de sus subordinados por actos de contrainteligencia para, supuestamente, proteger y obstruir investigaciones contra senadores vinculados con el caso de corrupción de la estatal Petrobras.

Camionetas negras de la Policía Federal se estacionaron frente a las puertas del Congreso, instalado en esta capital, durante la operación Metis –nombre de la diosa griega que podía anticipar el futuro–, lo cual paró las actividades parlamentarias en el recinto y generó conmoción en el mundo político.

La instancia federal indicó en un comunicado que los miembros de la policía legislativa se encargaron de eliminar eventuales escuchas telefónicas, las cuales mostrarían que algunos senadores eran parte activa del escándalo por corrupción.

Además, Carvalho ordenó la práctica de actos de intimidación contra federales cuando cumplía un mandato de la Corte Suprema de Justicia.

El texto no identifica a los legisladores que presuntamente se buscaba resguardar, pero medios locales reportaron que entre ellos están los ex presidentes José Sarney y Fernando Collor de Mello, así como el ex ministro de Energía Edison Lobao.

La fiscalía, con base en las declaraciones de un uniformado de esa agrupación, detalló: En cuatro ocasiones funcionarios públicos usaron equipos del Senado en viviendas particulares para realizar contrainteligencia: localizar y destruir sistemas de escuchas telefónicas y ambientales.

Los elementos, financiados con recursos públicos, habrían viajado al menos dos ocasiones a los estados de Maranhao y Paraná para utilizar el sofisticado sistema.

Los cargos que les imputarán son: corrupción pasiva privilegiada, asociación criminal y obstrucción a la investigación por asociación criminal.

Esta detención se da en el contexto de la operación judicial Lavado rápido, que investiga el caso Petrolao, la mayor trama de corrupción en Brasil, en la cual son investigados más de 50 políticos de diversos partidos por el desvío de más de 2 mil millones de dólares en Petrobras.