Cancún, QR.

De las 3 mil 239 viviendas que hay en Bacalar, sólo 810, es decir, 25 por ciento, está conectada al drenaje; y el resto, más de 2 mil 429, descargan aguas negras a la laguna de Siete Colores, principal atractivo turístico de este municipio maya, alertó el nuevo alcalde, Alexander Cetina Aguiluz.

Indicó que según la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), en este pueblo mágico sólo 229 propietarios han invertido en una conexión hidráulica y los demás argumentan falta de dinero para conectarse a la red, lo que agrava los daños al ambiente.

El edil reconoció que la mayoría de las casas de Bacalar dependen de las fosas sépticas, por lo que su gobierno buscará solucionar esta situación que se agrava en época de lluvias, debido a que se amenaza el principal atractivo turístico del décimo municipio de Quintana Roo.

Dijo que aunque el ayuntamiento carece de recursos, sólo hay una propuesta en la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente estatal para que apoye con financiamiento la adquisición de biodigestores que se instalarían en las casas para evitar más descargas de aguas negras a la laguna.

Por su parte, la CAPA reconoció que la falta de dinero ha frenado el proyecto para completar la red de drenaje para toda esta cabecera municipal, y el programa de apoyo para financiar la conexión de las viviendas.

El activista Ricardo García Fuentes señaló que en el sector empresarial y en la población hay preocupación porque el crecimiento de Bacalar ha detonado la actividad turística y la tendencia es que la contaminación de la laguna se agrave, según un estudio del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, elaborado en 2015.

El análisis, dijo, revela que la contaminación se debe a la falta de alcantarillado y la salida de drenaje de casas, hoteles y campos agrícolas hacia el cuerpo lacustre, y a la presencia de microorganismos que provocan la invasión de algas.

Alertó sobre algas con cianobacterias tóxicas, que aumentan su densidad en el agua tibia y pueden producir infecciones graves en la piel y ojos, con riesgo de provocar ceguera. Dijo que si bien conectarse al sistema de drenaje cuesta dinero, sería mucho más caro perder el ecosistema, además del impacto social con la afectación al turismo.