|
||||||
mesa lengua e identidad Xalichiwin / La lengua Crescencio García Ramos y Atzin García Flores Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana
Una de las lenguas originarias de México con mayor presencia y arraigo en nuestra cultura es la totonaca. Es patrimonio oral intangible del pueblo totonaca y de la nacionalidad mexicana, que ha dado con sus voces nombres de pueblos, cerros, montañas, ríos entre otros, en los estados de Puebla y Veracruz. No obstante que los totonacas, como los demás pueblos originarios, han sido sistemáticamente, han soportado los embates de la cultura occidental, así como la homogeneización mediante programas de castellanización, de incorporación, de evangelización y de exterminio. Hoy quienes lo hablan están orgullosos de su arraigo al idioma originario, así como de sus valores culturales que dan y definen su propia identidad totonaca. Considerando que nuestro país es multilingüe –se hablan más de 364 lenguas originarias nacionales, según el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali, 2008)–, queremos aquí aportar algunos elementos sociales, culturales y lingüísticos, a fin de contribuir al diseño de políticas institucionales del lenguaje e ir actualizando las posturas de las instituciones públicas involucradas ante la diversidad lingüística del México profundo contemporáneo. Asimismo, para lograr el establecimiento pertinente de lineamientos generales para la atención justa y equitativa a la diversidad lingüística y cultural de cada uno de nuestros pueblos originarios en el país. Ello, sustentados en la Ley de Derechos Lingüísticos Humanos Elementales. Ante los adelantos tecnológicos, científicos y educativos, en los ámbitos sociolingüísticos y antropológicos que definen la situación de la lengua totonaca, está el hecho de cómo las nuevas generaciones de hablantes bilingües (totonaca-español), sobre todo los que han accedido a niveles educativos superiores, valoran y defienden su idioma materno y se perfilan a darle uso como el mejor vehículo de expresión, educación, realización y comunicación, para tratar los asuntos comunitarios públicos y privados en los cuales interactúan, en especial en el ámbito educativo intercultural bilingüe. Ello significa que persiste una consciencia sobre el desplazamiento y riesgo del idioma totonaca frente al español predominante en todas las áreas, sociales, políticas, económicas, culturales y educativas. No obstante faltan alternativas, igualmente importantes, como las políticas lingüísticas, pedagógicas, literarias y financieras entre otras, a fin de realizar estudios, investigaciones y promociones para el desarrollo, fomento y difusión de la lengua totonaca y sus variantes lingüísticas, tanto dentro como fuera de las comunidades de habla totonaca más allá del territorio del Totonacapan, es decir, establecer los lineamientos generales de atención a la diversidad lingüística y cultural en los contextos regional y nacional. Se trata de impulsar la revitalización lingüística del pueblo totonaca en dos vertientes: una, el lenguaje artístico o literario, de tradición oral; las creaciones y manifestaciones artísticas, como el trabajo artesanal desarrollado por manos creativas; las manifestaciones dancísticas y musicales, todo cubierto de movimientos, simbolismos, colores y formas diversificadas, que muchas de las veces propician una identidad propia en cada una de las regiones del Totonacapan. Se necesita conservar y promover estos valores producidos por los creadores (artistas), y legar sus creaciones tradicionales y conocimientos a las nuevas y futuras generaciones de totonacas. Desde luego, hay un compromiso de apoyarse en la escritura práctica de la lengua materna totonaca, que es su vehículo de comunicación y realización más apropiada a fin de perpetuar su idioma y cultura tradicionales, que son esencia y parte de la riqueza que refuerzan su identidad. La otra vertiente de este impulso a lo nuestro la constituye el pensamiento, la ideología de las nuevas generaciones de hablantes totonacas, de profesionales, de mentores. Reivindicar para sí mismos el idioma y adecuarlo a las nuevas formas de expresión. Es decir, es indispensable que la lengua materna trascienda más allá de las comunidades de habla y de los centros escolares interculturales. Que también se estudie, enseñe y difunda en otros centros escolares con modalidades educativas diferentes de nivel medio superior y superior, así como se enseñan otras lenguas extranjeras. Es necesario que la lengua totonaca llegue a las universidades y demás centros de educación superior. La narrativa de tradición oral es muy rica en la cultura totonaca, pero, igualmente, falta su recuperación, estudio e interpretación para su aplicación en educación intercultural bilingüe, que pueden recopilarse en forma monolingüe totonaca o bilingüe totonaca-español, para su mejor divulgación y que dichos valores no terminen archivados. He aquí una versión a la palabra libre de pensamiento; una mirada a la dulce palabra totonaca de la comunidad de El Tajín, Papantla de Olarte, Veracruz: Nuestra lengua totonaca se transmite y conserva de manera oral, ya que su uso es verbal desde tiempos inmemoriales y de esta manera prosigue su habla en la mayoría de las comunidades totonacas con dulzura y elegancia, preservando su diversidad lingüística, es decir, sus variantes regionales de habla; entre más lejos es la variante se va haciendo menos inteligible, por eso hablamos de las grandes variantes lingüísticas que son: la región de Papantla; la región Misantla-Xalapa, Veracruz; la sierra de Puebla, y la sierra norte de Puebla, las cuales hoy se consideran lenguas independientes y autónomas de la familia lingüística totonaca-tepehua; desde luego, antes y después del contacto con los europeos, ya existían esas variantes, que son: chaqawaxti (sierra norte de Puebla), ipapana (sierra baja de Puebla), tatikilhati (costa baja y alta de Papantla) y tatimolo (Naolinco-Misantla, Xalapa-Zempoala, Veracruz). Desde entonces, ya se contaba en El Totonacapan con una gran diversidad lingüística, al igual que la lengua náhuatl o mexicana que, al momento de la conquista española, fue la lengua franca de mayor uso, que constituyó parte del sistema tributario de los aztecas. Para los hablantes y recordantes originarios de la lengua totonaca, esta lengua tiene sentido, un significado diverso, lo que cada quien sabe, lo que cada quien siente hacia dentro, porque cada lengua es todo un mundo de cosas que llevamos en la cabeza, en la boca, en el alma, en la realidad, en la mentalidad, en la mirada propia de cada quien, en el sueño, en el amor, hecha, palpada y nutrida de otras tantas generaciones; es eminentemente social y oral, porque se habla con otra u otras personas, y cuando no hay con quien hablar, entonces estamos dejándola morir. Es la lengua lo que mejor nos distingue a los hombres de los otros seres. Ahora, lo que debemos conservar, cuidar y fomentar es la diversidad lingüística, que es nuestro patrimonio oral intangible, que nos da identidad, no sólo a los totonacas sino a los mexicanos. En México se hablan 364 variantes lingüísticas, que equivalen igualmente a lenguas originarias nacionales, concentradas en 68 agrupaciones lingüísticas y 11 grandes familias lingüísticas (Catálogo de la Lenguas Indígenas Nacionales, Inali, 2008). Así, México es uno de los países con mayor diversidad lingüística del Continente americano, pero ¿qué sucede?, desgraciadamente, la mayoría de nuestras lenguas nacionales se encuentran en riesgo, no es que mueran sus hablantes, sino que rápidamente están siendo desplazadas, además, no están fomentándose ni desarrollándose en las comunidades donde se hablan, tampoco en las escuelas interculturales bilingües. Aunque hay intentos de su preservación y fomento en algunos sectores indígenas, resultan insuficientes. Continúa la castellanización, y nuestras lenguas maternas originarias son ignoradas en todos los ámbitos sociales, lingüísticos y políticos. Tal parece que es una desgracia inevitable de los mexicanos, caer cada vez más en el empobrecimiento, porque nos cerramos y no queremos ver ni aceptar la riqueza que poseen dignamente nuestros pueblos originarios, que arrancan de un territorio con raíces profundas y de calidad. Nuestra lengua totonaca posee leyes, normas gramaticales, conductas, formas, modos de ser, pensar y filosofar. Esto se observa en su abundante vocabulario y diccionario, el conjunto finito de sus sonidos capaces de emitir incalculables sentidos, formas, discursos, en todo momento, mientras viven su hablantes auténticos en este nuevo amanecer del universo totonaca. Por tanto, sigamos el reencuentro de nuestra palabra, del pensamiento auténtico, al reencuentro de nuestra identidad en diversidad. Ciertamente, en lengua totonaca conservamos una riqueza invaluable, pero está en peligro por la discriminación racial; las políticas impositivas y económicas internas y externas; la desigualdad inmensa; la política de homogeneización lingüística y cultural; la desinformación social; la muerte de los verdaderos hablantes, los abuelos; la migración; la desintegración familiar; el analfabetismo, entre otros factores. Aunado a esta situación, la gente menciona la palabra dialecto para referirse a nuestro idioma totonaca, sin considerar que dicho término refiere a la variante lingüística, es decir, a la diferencia de habla de la misma lengua, en este caso la totonaca. Por ejemplo, una misma cosa recibe diferentes nombres según el lugar. En la zona de Papantla, padre se dice tikú, mientras que en Coyutla, es tlati, en papanteco lixtoqon ‘aguja’ y en Coyutla litsapan. El término dialecto se aplica de manera correcta en los estudios y análisis lingüísticos, sociolingüísticos y dialectales, pero, para evitar el uso de términos peyorativos y discriminatorios hacia nuestro idioma, se ha preferido utilizar la palabra variante para referirse a las diferentes formas de habla locales, regionales, de la misma lengua totonaca. ¿Cómo consideramos estas variantes de la lengua totonaca? En cada una de ellas constituye la diversidad y riqueza lingüística de nuestro idioma, pero de ninguna manera representa obstáculo o impedimento para desarrollar todo proceso educativo intercultural bilingüe. El especialista puede dar alternativas de solución para todo proceso metodológico de enseñanza-aprendizaje de la lengua totonaca, así como la elaboración de libros, manuales gramaticales, diccionarios, materiales didácticos, entre otros, en la misma lengua y sus variantes lingüísticas respectivas. Entre más distantes se encuentran dichas comunidades de habla totonaca, mayor es la diferenciación o variante lingüística. No obstante, se dan casos en que hay inteligibilidad lingüística. De acuerdo con los especialistas en lingüística, la lengua totonaca pertenece a la familia totonaca-tepehua, una familia lingüística de mayor relevancia en la historia de México, por preservar su lengua, historia y sus tradiciones con arraigo. En totonaca existen estudios e investigaciones de temas diferentes, publicados en libros, textos, materiales didácticos, entre otros, como los técnicos y científicos, así tenemos los gramaticales, los lexicográficos, los dialectales, confección de vocabularios, diccionarios y abundante compilación literaria de tradición oral, algunos en forma bilingüe (totonaca-español) enfocados al proceso educativo intercultural bilingüe y otros para hablantes nativos; escasamente, pero encontramos también material lingüístico de la época de la Colonia (textos, vocabularios, artes de la lengua, gramáticas, entre otros), los cuales pueden sacarse a la luz pública para conocer más la historia de nuestra lengua y cultura totonaca. En la familia lingüística totonaca-tepehua, tenemos dos agrupaciones lingüísticas importantes, por un lado, la totonaca y, por el otro, la tepehua. La agrupación lingüística totonaca cuenta con cuatro grandes variantes lingüísticas, ya consideradas lenguas independientes y autónomas; la propuesta inicial es de la lingüista Mackay (2005) y son: • La lengua totonaca papanteca, • La lengua totonaca de Misantla, • La lengua totonaca de la sierra de Puebla, • La lengua totonaca de la sierra norte de Puebla. Y la agrupación lingüística tepehua: • La lengua tepehua de Pisaflores, Veracruz, • La lengua tepehua de Tlachichilco, Veracruz, • La lengua tepehua de Huehuetla, Hidalgo y Puebla. Como se observa, el mundo totonaca tiene cuatro lenguas, en el cual no cabe el planteamiento de las políticas lingüísticas homogeneizantes. Chuná xla, xalichiwin tutunaku/ la lengua totonaca maneja un conjunto de signos articulados que los hablantes utilizamos cotidianamente para expresar y producir mensajes que llevan diferentes sentidos, ideas y pensamientos. Es el mejor medio de expresión y comunicación comunitaria, social, que utilizamos para realizarnos y construirnos tanto individual como colectivamente hablando los totonacas. De hecho, esta es una característica y fuerza de nuestra unidad e identidad, porque la lengua que hablamos nos une. Asimismo, los demás elementos de nuestra cultura nos identifican y hermana en la medida que nos cooperamos y nos solidarizamos, porque son mucho más fuertes y prometedores que lo que nos separa, distancia y divide. Así, tenemos una Lengua y una Madre que cuidar y proteger. Para reforzar el uso de nuestra lengua totonaca, hemos registrado diferentes propuestas de escritura alfabética, que van desde las técnicas y científicas (las fonéticas) hasta las de enfoque práctico, para éste último, se realizaron los Encuentros Interestatales Veracruz y Puebla (1983-2010), a fin de sistematizar dicha escritura práctica y socializarla en las escuelas interculturales y bilingües, así como en las comunidades de habla totonaca con sus diferentes variantes lingüísticas mencionadas. Los acuerdos de consenso todavía están en proceso y pronto esperamos sus resultados. El alfabeto consensuado en uso es el siguiente: a kg t i u s n k p l lh x m ts w ch e o y tl j r Este alfabeto práctico emplea 23 letras o grafías, tanto consonantes como vocales, para su registro gráfico. Xalimakgatsokgni tutunakú, El ordenamiento del alfabeto se sustenta de mayor a menor frecuencia de uso de cada sonido y grafía respectiva, en contexto lexicográfico totonaca. Este alfabeto es el más simplificado, no obstante, los mentores, traductores, intérpretes y escritores totonacos, se enfrentan con una serie de problemas de tipo gráfico, de cortes morfológicos y sintácticos al crear, interpretar, redactar o traducir textos y terminologías en su lengua materna, con una clara omisión de la ortografía y de ciertas características, que presenta la lengua totonaca y sus variantes lingüísticas regionales. Hay propuestas en revisión, pero hay otras que faltan de integrarse en dicho proceso educativo intercultural bilingüe. En tal contexto, agregamos aquí la propuesta de un sistema de escritura alfabética totonaca más generalizada, que servirá al conjunto de variantes lingüísticas totonacas existentes en la regiones de El Totonacapan. En este caso, su ordenamiento es similar al alfabeto del español para fines didácticos y de alfabetización en ambas lenguas; igualmente, se ajusta a las características lingüísticas de la variante totonaca papanteca, ya que ésta presenta cierta homogeneidad e inteligibilidad lingüística totonaca en los 16 municipios de la costa veracruzana, donde se encuentra asentada una población aproximada de 165 mil hablantes totonacas y, según el Consejo General para la Cultura y las Artes y la SEP (1997) hay unas 410 mil almas totonacas entre hablantes, no hablantes y recordantes del idioma totonaco en los estados de Puebla, Hidalgo y Veracruz; un núcleo reducido de hablantes y recordantes del idioma totonaca misanteco, unos 500, habitan entre los municipios de Misantla y Xalapa, Veracruz. Véase las consonantes glotalizadas y el ordenamiento alfabético siguiente: -a ch ch’ e i j k k’ q q’ l lh m n o Para el estudio, aprendizaje y dominio de la escritura alfabética totonaca, se recomienda proceder a escuchar, pronunciar, leer y poner en práctica la escritura, tantas veces como sea necesario, o según el criterio del maestro instructor de la lengua materna y del educando, porque el totonaca, por lo general, no usa palabras sueltas ni aisladas, sólo para fines de estudio o análisis. Para escribir bien o de manera “correcta”, no bastan las buenas intenciones, las observaciones y propuestas, por más que éstas estén sustentadas en los análisis de la lengua; se requiere soltar el lápiz con todas las ganas, para seguir recreando nuestra dulce lengua materna, que sigue vigorosa y actual, mañana no lo sabemos. Esto significa tener voluntad, porque estamos obligados a alfabetizarnos en nuestras lenguas maternas. Pues nadie puede valorarlas realmente si no lo hacemos los auténticos y verdaderos hablantes. El texto siguiente en lengua totonaca papanteca emplea el alfabeto práctico aquí propuesto:
|