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mesa lengua e identidad Gramática cultural o de cómo la cultura Fidencio Briceño Chel Centro INAH, Yucatán Muchos de los conocimientos del pueblo maya parecen estar velados y entretejidos en palabras obscuras, palabras “especiales”, palabras antiguas. Eso muestra en parte esa característica tan particular de la lengua maya de ser polisémica, es decir, que una palabra puede tener más de un significado, dependiendo del sentido que se le dé, y dependiendo del contexto en que se use. Así, bix a beel, no pregunta “¿cómo está tu camino?”, pues en esta frase beel no hace referencia al camino literalmente, sino que interroga sobre un concepto más amplio: “el camino de la vida”, “el devenir en el mundo”. Entonces la pregunta es “¿cómo estás en la vida?”, “¿cómo está tu vida?”. Pero tampoco se pregunta con kuxtal que sería el término maya para “vida” sino uno más amplio, más profundo y más apegado al pensamiento maya que es la metáfora beel: “camino” y “andar por el camino”, en un sentido más amplio “la vida en movimiento”; pero que no acaba ni principia aquí ni ahora, es un continuum que gira o se mueve a nuestro lado. El conocimiento maya sobre el mundo, como lo constata lo anteriormente explicado, está presente hoy día sobre todo en el campo, pero sin dejar de tener manifestaciones en todos los demás rincones y contextos de la vida del maya. El polisemantismo es más complicado pues también introduce la idea de que en el mundo maya todo es ordenado, es estructurado, “todo está en su lugar”, “en su santo lugar”, porque también beel incluye estar sobre “el buen camino”; y no es que se piense que exista lo bueno versus lo malo, porque en el pensamiento maya, dependiendo del devenir de la vida, lo malo se puede volver bueno y lo bueno al contrario. De esta manera, la mayor parte de las cosas y del pensamiento maya parecen estar organizados según la idea del mundo bipartita. Y aunque a veces parezca irse más del lado de la explicación cristiana del mundo, en realidad es mucho más que eso; por ejemplo está firme la idea de que hay un mundo de arriba y un mundo de abajo, que es reflejo el uno del otro y que uno depende también del otro; por ejemplo no hay noche sin día, mujer sin hombre, frio sin calor, etcétera. Pareciera entonces muy lógico hasta aquí, pero donde se complica esta forma de explicar el mundo es cuando una misma palabra puede tener los dos posibles significados antagónicos, con lo que se podría demostrar que en el pensamiento maya no se explican estas cosas por oposición, sino por complementación, siguiendo el sentido del continuum y la vida en círculo representada por la jícara. La palabra Ts’aak significa Medicina; curar, y a la vez Veneno; envenenar; Yaaj Dolor; doler y también Amor; amar. Kaxan tiene como significado buscar y también encontrar. Estos conocimientos, por supuesto, son aprendidos desde la infancia y, a partir del lenguaje y las prácticas cotidianas, de vivir lo maya. Así se forma la persona maya, primero a entenderse y explicarse en este mundo. De este modo, se le concibe como un ente-cuerpo-potencia entera, pues en el ideario maya la completud es un círculo que se cierra y se abre para iniciar otros ciclos. Por eso la idea de la cuenta vigesimal como el primer nivel del ciclo, está representada por el wíinik o persona pues la suma de sus 20 dedos da el total de veinte, que además es la suma de 4 partes que representan las 4 entradas del mundo; así, los numerales y los puntos cardinales, sitúan a la persona como un primer centro de referencia del y en el mundo. Sin embargo la persona completa como máak, se da a partir de su incorporación a la sociedad, es ahí donde los aprendizajes se aplican, se prueban, se aprehenden y se retribuyen; con lo que la idea de persona social se reproduce en esta sumatoria de yo más ustedes y yo más otro(s), por lo que existen varios niveles de notrosidad donde a veces se es más incluyente que en otros contextos. To’on significa yo + otro(s) [pero no ustedes] (Exclusivo). Y To’one’ex significa yo + ustedes (Inclusivo). Y se usa la primera persona en primer lugar para remarcar el compromiso personal de ser parte de algo. Así, esta construcción como persona, en el discurso y en los hechos, permite varios niveles de inclusión y de notrosidad que resultan a la postre, marcadores de identidad y pertenencia, pero también la manera en que de forma relacional se construye la identidad personal, en comunidad, como parte de un kaaj pueblo que integra al individuo y lo hace un ente social. La metáfora en la vida maya. La vida maya entonces es una construcción constante de saberes, de conocimientos, donde las metáforas son frecuentes no sólo en el discurso sino también en la práctica diaria, así metáfora y la metonimia se entrecruzan en un juego de significados y representaciones. Entonces decir que todo tiene vida, todo tiene dueño, todo tiene lugar y una razón de ser, es algo cotidiano que nos permite, nos obliga, nos enseña a respetar al mundo que nos rodea, pues desde la concepción maya “todo está vivo”, y eso es más que una metáfora, es una manera de entender y de explicar el mundo pero también de relacionarse con otros “otros” que no son “humanos”, o que se humanizan o son humanizados para estar al mismo nivel que los humanos. Por eso entonces, se respeta a la piedra en el camino, al camino mismo, a las cuevas, los cerros, los cenotes, etcéterea, pues desde nuestra concepción del mundo son seres que están por o en lugar de otro ser, pues a veces representan a los señores que nos guían, nos protegen y eventualmente nos castigan si no asumimos las responsabilidades que debemos de tener y el respeto que debemos de guardar hacia los otros seres y el mundo en general. Por eso decimos que la persona adquiere ese rango en tanto forma parte de una sociedad, así se constituye en parte del mundo como uno de sus ejes rectores que es el kaaj: pueblo. La construcción social del maya. La persona maya para poder vivir en sociedad tiene diversas maneras de relacionarse, por un lado con los otros como él o ella (los humanos), por otro lado con los otros que forman parte del mundo en el que viven (animales, plantas, objetos) y por supuesto, con los entes sobrenaturales que pueblan el mundo maya (vientos, espíritus, presencias y potencias) que transformados se hacen presentes en diversos momentos de la vida del maya, ya sea para ayudarlos, protegerlos o llamarles la atención, cuando no es para reprenderlos o reprimirlos por alguna falta a las leyes del “buen vivir”. Por ello el maya, desde la infancia aprende a “llevarse bien” con todo lo que le rodea, pues a través de su relación con esos otros es que construye su persona, su respeto, su prestigio, su familia, su comunidad, su pueblo, su mundo. El espíritu maya. Esas buenas relaciones, el buen vivir, es lo que le da la tranquilidad de aceptarse como es y aceptar a los demás formando una comunidad con sus múltiples relaciones interpersonales, que muchas veces alcanzan un grado de integración tal como lo denominado “familia” en las culturas occidentales, y que en maya se dice láak’tsilil, la otrosidad (¿otredad?), donde se incluye a otros igual a mí con respeto mutuo; pues los otros diferentes a mí serían jela’an, donde el término mismo no incluye el morfema (tsilil) que refiere el respeto y la reciprocidad. Así, entonces ma’alob kuxtal o buena vida implica todo lo antes mencionado: pensar en un mundo bipartito donde todo implica e incluye a lo(s) otro(s) y donde las múltiples relaciones llevan a la persona a tener diversas personalidades y diversos estados anímicos donde participa el óol, entidad anímica que forma parte de la persona como ser que siente y expresa su sentimiento; por eso el óol distingue a los humanos de los no humanos, y cuando la persona es abandonada por su óol, se tiene que ir a otro mundo donde habitan los que ya no sienten. Finalmente, hay que señalar que toda persona (wíinik), desde que nace tiene óol, el cual se va modelando de acuerdo con las relaciones personales hasta convertirse en máak, persona socialmente formada. Con esto he intentado mostrar que para los y las mayas la legitimación o aceptación está muy presente en el lenguaje mediante el discurso no solo oral sino también escrito, pero sobre todo en el primero, en el que el lenguaje-discurso adquiere una especial significación. Y como en la mayoría de las sociedades indígenas no solo la lengua sino también la historia compartida, la filiación comunitaria, el estilo de vida, el sistema cosmológico y la relación con la tierra ejercen definidas representaciones ideológicas. Pero sobre todo es en la lengua donde todo esto se manifiesta; como ya lo hemos visto, la identidad pasa por la lengua, pues a ella se recurre para dar fundamento a la definición de la colectividad de origen y de pertenencia mediante la definición de los distintos “nosotros”.
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