Insta investigadora a agilizar la atención a las pacientes
Miércoles 12 de octubre de 2016, p. 35
Después de que una mujer se detecta una protuberancia o bolita en el pecho pasan 10 días para que acuda al médico y transcurren otros siete meses, en promedio, para que obtenga el diagnóstico de cáncer de mama y se inicie el tratamiento médico. En ese lapso, el tumor avanzó y, si de por sí ya era grande, se reducen las posibilidades de controlarlo o incluso de lograr la cura, afirmó Cynthia Villarreal, investigadora del Instituto Nacional de Cancerología.
Por ello es urgente, sostuvo, que las instituciones del sistema nacional de salud cambien y se agilice la atención a las pacientes. En una investigación realizada con 900 pacientes en cuatro hospitales de la Ciudad de México –donde existe gran infraestructura sanitaria–, se encontró que en 90 por ciento de los casos pasaron más de tres meses antes de que las afectadas comenzaran los tratamientos médicos.
Esta es una situación grave porque el cáncer de seno representa la principal causa de muerte en mujeres por tumores malignos en México. Al año alrededor de 5 mil pacientes pierden la vida por esta causa, es decir, cada 90 minutos ocurre un deceso, de acuerdo con información de la Secretaría de Salud (Ssa).
En conferencia de prensa y como parte de las actividades que el gobierno, organizaciones civiles y la industria farmacéutica realizan en octubre, mes de la sensibilización hacia el cáncer de mama, la especialista destacó que sobre esta neoplasia se han realizado diversas investigaciones, con base en las cuales ahora está disponible un arsenal terapéutico para atacar los diferentes tipos de cáncer de mama existentes.
Señaló que ahora incluso es posible, mediante exámenes clínicos, determinar tratamientos específicos y de antemano saber cuál es el más efectivo para cada paciente.
También hay medicamentos que logran aumentar la expectativa de vida cuando el tumor se diagnostica en etapas avanzadas y se ha reproducido en otras áreas del organismo (metástasis), principalmente en pulmón, hígado y hueso. En 2001, cuando sólo había quimioterapia, las mujeres sobrevivían 20 meses.
Ahora pueden aspirar a seguir con vida durante los ocho años siguientes a la recaída. Sin embargo, puntualizó, no hay cura para el cáncer en estos casos. En algún momento la enfermedad resurge y lo más importante es que las pacientes reciban la atención médica que les permita mantener una buena calidad de vida hasta el final.
Las posibilidades de curación se reducen a 52 por ciento o menos si el tumor está en etapas avanzadas, que es cuando se diagnostica a casi la mitad de las pacientes en México.