Comercian entre ellos mucho menos
de lo que se intercambia en otras regiones
Domingo 9 de octubre de 2016, p. 22
Washington.
Los países de América Latina están lejos
de una integración económica cabal, un motor malgastado para acelerar el crecimiento, aseveró el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) para la región, Alejandro Werner, en entrevista con la agencia de noticias Afp.
La región de exportadores de materias primas vive un cambio de paradigmas: Argentina y Brasil, dos grandes economías sudamericanas en dificultades bailan en sintonía política y económica, enfatizando el libre mercado y el pragmatismo.
La Alianza del Pacífico, considerada la sexta economía del mundo, se erige en el referente de integración tras lograr liberalizar en cinco años 92 por ciento del comercio entre sus cuatro países miembros: Perú, México, Chile y Colombia.
Pero América Latina, considerada la región más desigual del planeta, es también de las menos integradas comercialmente, atascada aún por la burocracia en los cruces fronterizos y la relativa facilidad de enviar las exportaciones a Estados Unidos y no a los países vecinos.
–¿A qué distancia está entonces de una integración económica robusta?
–Está lejos, –apunta Werner, recordando que la región es un retazo de bloques disímiles, Mercosur, Alianza del Pacífico, Alianza Bolivariana–, con economías muy abiertas y otras muy cerradas con aranceles altos y marcos regulatorios complejos.
La región ha seguido diferentes trayectorias
y comercia entre ella mucho menos de lo que comercian entre ellas otras regiones del mundo
, señaló Werner. Incluso en la Alianza del Pacífico el comercio interno llega apenas a 4 por ciento.
Con un crecimiento desacelerado –el FMI prevé una contracción de 0.6 por ciento este año para la zona– por la caída de los precios de materias primas, y tras gozar una década del auge de la demanda mundial, la región puede aprovechar una mayor integración para impulsar su actividad económica.
Un movimiento importante para incrementar el comercio intrarregional es uno de los motores que la zona puede explotar en los próximos años para acelerar el crecimiento económico
, apuntó el directivo del Fondo, que esta semana realiza su reunión anual de otoño en Washington.
Según Werner, con la palanca
de integración comercial y de integración financiera, si se trabaja de manera importante en esto
en los próximos cinco años la región puede lograr un impulso considerable del crecimiento económico
.
Convergencia
Pero una integración toma tiempo, especialmente si se considera el bajo desarrollo del transporte y las conexiones en América Latina: Como toda reforma estructural los efectos son graduales
, señala el experto.
Uno será el efecto directo de ampliar mercados, de generar más escala para las empresas locales, y luego vamos a ver efectos indirectos de generar competencia, más innovación, marcos regulatorios más eficientes por la competencia entre países
, dijo Werner.
El directivo del fondo va más allá y plantea un escenario de integración diplomática que le daría a Latinoamérica más peso
en el diálogo internacional.
Esas direcciones son desafiadas en la actualidad por las corrientes contrarias a la globalización y el libre mercado, en boga por la candidatura presidencial de Donald Trump en Estados Unidos y el Brexit, pero también cultivadas por el proteccionismo de los gobiernos sudamericanos de izquierda de la pasada década.
Sin embargo, en el nuevo paradigma económico latinoamericano, Werner visualiza que existe convergencia entre liberalización comercial y las demandas sociales.