Afirma que en estos 12 meses enfrentó abandono en todas las áreas
Enlista avances en atención ciudadana, fugas de agua y alumbrado
Domingo 9 de octubre de 2016, p. 28
Este ha sido un año de rescate de Azcapotzalco, afirmó el jefe delegacional, Pablo Moctezuma Barragán, quien aseguró que a su llegada encontró un abandono generalizado en todas las áreas y rezago en la atención de los servicios urbanos y la renovación de la infraestructura hidráulica, que ha provocado, por ejemplo, que cada día ocurran entre 20 y 25 fugas de agua, que dejan socavones y hundimientos en diferentes puntos de la demarcación.
Expuso que además del deterioro en las instalaciones y el parque vehicular de la delegación, así como en centros educativos, estaban pendientes miles de solicitudes que los habitantes habían ingresado al Centro de Servicios y Atención Ciudadana (Cesac) en los pasados tres años, de los cuales 70 por ciento se lograron solucionar.
Detalló que tenían una demanda de 5 mil podas de árboles, de las cuales ya se realizaron 2 mil 500, y 3 mil 500 quejas sobre la renovación del alumbrado público, que se han atendido en 80 por ciento, al tiempo que se eliminaron 72 de 116 tiraderos de basura a cielo abierto.
En entrevista, a un año de su gestión, indicó que a pesar de las dificultades en la ministración de los recursos desde el gobierno central, lograron avanzar con ahorros en diferentes áreas al eficientar las compras, proceso en el que han priorizado a los proveedores locales, a fin de que la derrama de los recursos se quede en Azcapotzalco.
Vocación industrial
Precisó que en este primer año se lograron reparar mil 500 fugas de agua en 80 colonias y se comenzó la renovación de 30 kilómetros de la red hidráulica, con una inversión de 48 millones de pesos.
Tras señalar las acciones en la ampliación de los derechos sociales, promoción de la cultura y fomento al empleo, recuperación de espacios públicos y fortalecimiento del tejido social, destacó el consenso que se logró con diferentes sectores para que la delegación mantenga su vocación industrial.
“No queremos que sea Azcapolanco”, expresó, tras asegurar que mantendrán su lucha contra los desarrollos inmobiliarios irregulares, en los que las empresas han utilizado la normatividad secundaria para tomar decisiones discrecionales.
