The Who
Post Radiohead
he Who, uno de los combos británicos más poderosos e influyentes en la historia del rocanrol, viene por fin a México, luego de una fecha cancelada en 2007. Aunque ya ajados por el tiempo, pero con un fuerte legado histórico sobre sus hombros, el genio creador y guitarrista de la banda, Pete Townshend, junto al cantante Roger Daltrey, sobrevivientes de este viaje, vienen a dar cuenta de muchas de las composiciones que en su momento, sobre todo entre 1965 y 1978, cimbraron al género, al ir más allá de las directrices del rock tradicional y las estructuras del viejo rhythm and blues y ofrecer uno de los primeros actos de rock épico (después llamado de estadio
), que no se parecía a lo antes hecho, al inicio con guiños al movimiento Mod, con todo y destrucción de guitarras y batería (acto que los hizo famosos en Inglaterra y fue inmortalizado en el Monterey Pop Festival en 1967) y más adelante con ambiciosos proyectos ópera-rock, que también rompieron con todo parámetro y expectativa. Se adelantaron también en cuanto a dotación instrumental inédita: una sola guitarra líder (a inicios de los años 60 era raro, pues se acostumbraba tener además una guitarra rítmica), una voz explosiva y desgarrada, un bajo hiperactivo y armónico como el de John Entwistle (1944-2002) y un baterista fuera de serie, que atacaba salvajemente tambores y platillos, evitando los ritmos básicos, enfocando su técnica en la rapidez de los redobles y el doble bombo, lo cual llenaba el espacio sonoro de frenetismo y energía sin fin: el gran Keith Moon (1946-1978). Sus personalidades eran muy distintas entre sí y eso era parte del encanto. Además, la banda tenía dos propuestas distintas: en vivo, ser una fuerza arrasadora; en estudio, Townshend creía en las canciones conmovedoras, existenciales, profundas; quería innovar todo el tiempo, incorporar el pop-art a su obra, hacer álbumes conceptuales.
La magia y la archipopularidad, sobre todo en el Reino Unido, se fueron dando con los discos My Generation (1965), The Who Sell Out (1967), el brillante Tommy (1969, el cual conquistó a la crítica estadunidense), el fundamental Who’s Next (1971, que incorpora sintetizadores y puede que esté entre los diez mejores álbumes de rock de todos los tiempos), Quadrophenia (1973), The Who by Numbers (1975) y Who are you (1978, el más progresivo). En su patria son considerados tan importantes como los Beatles y los Rolling Stones, al ser el acto de rock más pesado (para ellos, aún más que Pink Floyd y Led Zeppelin), inventivo, melódico y complejo de su era.
Sin embargo, tras brillar con tales álbumes, el estrellato comenzó a hacer estragos y hacia fines de los años 70 la banda empezó a fragmentarse. Town-shend tenía problemas de alcoholismo (que luego lo llevarían a consumir cocaína y heroína, hasta estar al borde de una sobredosis en 1981), Daltrey (también actor) y Entwistle se enfocaron en sus carreras solistas y Moon seguía de fiesta cada vez más severa, hasta que tristemente murió de sobredosis, lo cual cimbró a la banda, y aunque quisieron continuar, en 1979 la tragedia los persiguió y en un concierto en Cincinnati 11 fans murieron tras una estampida, lo cual oscureció aun más sus ánimos. Editaron dos discos más, hasta su primera despedida
en 1984. Townshend siguió grabando discos solistas con relativa buena respuesta.
Desde entonces, no han dejado de tener esporádicos y recurrentes regresos, tanto en vivo (Live Aid en 1985, el cumpleaños 50 de Daltrey en 1994; concierto a beneficio de las víctimas del 11-s en 2001, entre varios otros) como en estudio: en 2006, el dúo sobreviviente editó la miniópera Endless Wire, con temas originales por primera vez en 24 años, bajo el apelativo de The Who. En 2012 montaron en vivo y grabaron Quadrophenia en el estadio Wembley de Londres. En 2014 editaron la compilación The Who Hits 50!, con la cual hacen gira hasta hoy.
El 12 de octubre en el Palacio de los Deportes, The Who tocará sobre todo temas de Tommy, Quadrophenia, Who’s Next, My Generation y Who are you. Absolutamente imperdible. 21 horas, $725 a $3567.
La tristeza más luminosa
Los reflectores siguen apuntando a Radiohead, quizá ya no como el sonido más fresco, sino como banda de culto atemporal, con un sonido propio, estremecedor, lánguido, capaz de atormentar cualquier alma. Y los días 3 y 4 de octubre en el Palacio de los Deportes iluminaron con su tristeza los corazones de miles, con dos conciertos distintos: el primero incluyó sus temas más etéreos, aunque con pésimo sonido, y tocaron Creep, la más choteada, que casi no tocan, pero con México hicieron una excepción como guiño amistoso; el segundo día sonó mucho mejor, con un repertorio más encendido y temas más selectos (setlists: http://bit.ly/2d6QGIv). El quinteto de Oxford no decepciona con su laberinto depresivo, su maestría instrumental, su corazón a tope. Sólo un tache para Ocesa: los vendedores de cerveza no dejan de pasar frente a uno en las gradas y gritar; no dejan ver ni oír, lo cual se vuelve una pesadilla; podrían limitarlos a las orillas (conciertos).
Twitter: patipenaloza