L
a lucha continúa
, es el lema que escogió esta importante organización para celebrar su segundo congreso mundial en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil, durante la semana del lunes 3 al viernes 7 de octubre del año en curso. IndustriALL es la agrupación de trabajadores de sindicatos libres y democráticos más grande del mundo, con más de 50 millones de miembros de 140 países, a la cual los mineros de México estamos afiliados y tenemos en mi persona al único dirigente en el comité ejecutivo internacional que representa a los trabajadores de todo nuestro país, además de Centroamérica y el Caribe.
Este gran sindicato global nació en 2012, cuando se celebró el primer congreso fundacional en Copenhague, Dinamarca. Fue el resultado de la integración y fusión de tres grandes federaciones que existían con muchos años de antigüedad: La Fitim, o Federación Internacional de Trabajadores de la Industria Metalúrgica; la Icem, Federación Internacional de las Industrias Química, Eléctrica y de Minería, así como por la Fitt-Vpc, o Federación Internacional de Trabajadores Textiles, del Vestido y de los Productos de Cuero.
IndustriALL representa al sector laboral de muchas industrias, desde la extracción (minería, petróleo y gas), la de transformación (acero, automotriz, aeroespacial, metalmecánica), así como de los servicios y la alimentación, el calzado y el vestido, entre otros. Uno de los objetivos fundamentales que define el compromiso y la fuerza de esta poderosa organización radica en su enorme convicción de que todos los trabajadores del mundo tienen derecho a una retribución justa del fruto de su trabajo. Persigue, entre sus metas, crear una comunidad global donde compartir poder y oportunidades. La demanda fundamental es exigir el respeto a los derechos humanos para todos y el derecho a vivir con dignidad, seguridad, paz y solidaridad con ausencia de prejuicios e injusticias.
El encuentro de Río de Janeiro para desarrollar los trabajos del segundo congreso mundial de IndustriALL ha tenido la intención de adoptar una resolución política como un apoyo y extensión del plan de acción 2016-2020, que precisa los objetivos y metas de esta gran organización. Ante las constantes agresiones al derecho a la libertad de asociación por parte del gran capital y de los gobiernos, se propone aumentar los programas de organización y de afiliación sindical, e intensificar la negociación colectiva como prioridades fundamentales.
En el tema de la desigualdad, IndustriALL claramente identifica a través de sus investigaciones que el uno por ciento de las personas más ricas del mundo posee actualmente más riqueza que el 99 por ciento restante. Esta desigualdad global supone una crisis social y económica real y en potencia, porque cada día siguen creciendo más las diferencias entre los países y a escala interna también entre las clases.
De esos análisis se desprende en una forma muy clara que los trabajadores constantemente pierden en sus ingresos reales, así como en las condiciones laborales y de protección social. Los grupos actualmente más desfavorecidos son los más afectados por la desigualdad que cada día es mayor. Por eso algunas organizaciones mundiales, como la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en sus informes titulados Juntos en ello: porque una menor desigualdad beneficia a todos y Perspectivas sociales y del empleo en el mundo 2015, respectivamente, hacen llamados a los gobiernos para que adopten medidas efectivas para combatir las desigualdades crecientes.
La desigualdad salarial se ha incrementado desde 2000, una tendencia que ha sido agudizada por la expansión de la precariedad laboral. Las tasas de pobreza son cada vez más altas entre los trabajadores temporales y los autónomos que no pertenecen o están afiliados a ninguna organización sindical. Esta complicada y terrible situación de la desigualdad impide el crecimiento económico y aumenta la explotación y la pobreza.
Por otra parte, IndustriALL afirma que la impunidad en la cadena de suministros de un modelo insostenible y profundamente abusivo, prevalece en los sectores industriales. Las empresas multinacionales extienden su producción a proveedores nacionales y a plantas ensambladoras y maquiladoras que generalmente no garantizan salarios dignos, derechos sindicales o lugares y puestos de trabajo seguros. Este sistema genera una carrera global descendente que deteriora aún más las condiciones de trabajo, ya que los gobiernos que las aceptan compiten entre sí para atraer inversiones a costa del bienestar de los trabajadores y de la sociedad en su conjunto. Por ejemplo, mediante exenciones fiscales o extracción de materias primas sin dejar valor añadido en el país proveedor.
La responsabilidad social empresarial no existe, o no ha sido capaz de detectar las violaciones y abusos de los derechos, ya que es una herramienta al servicio de las empresas y no de los trabajadores. Este instrumento tampoco ha podido mejorar significativamente los salarios o el horario de trabajo, ni garantizar el respeto universal al derecho de los trabajadores para afiliarse libremente al sindicato de su preferencia. Y para ello utilizan en su beneficio las relaciones políticas y económicas de complicidad con los gobiernos federal y estatal, las juntas de conciliación y arbitraje y muchos sindicatos fantasmas que poseen los contratos de protección patronal.
Ante esta situación, hay todavía un largo camino por recorrer en IndustriALL para construir el poder y la justicia social en el mundo. La unificación y la solidaridad para alcanzar la dignidad son un gran reto.