Madrid.

Los fondos presupuestarios para solventar el Premio Cervantes –dotado de 125 mil euros– y unos 30 galardones del resto de las artes que confiere cada año el Estado español están congelados y hoy no está garantizada su entrega en la próxima edición.

España lleva desde el pasado diciembre bloqueada políticamente y sin un gobierno nuevo, con lo que hoy el Ejecutivo, presidido por Mariano Rajoy, se encuentra en funciones, y esa es una de las razones por las que el Ministerio de Hacienda decidió adelantar el ejercicio presupuestario al pasado primero de agosto, dejando fuera de las previsiones de gasto numerosas partidas habituales, entre ellas las de los premios artísticos, literarios y científicos.

Uno de los actos públicos, de carácter literario, más importantes del año en España y en el mundo de habla hispana es la entrega del Premio Cervantes, que se efectúa en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Entre los galardonados figuran Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, María Zambrano, Alejo Carpentier y Rafael Alberti.

En la historia del galardón se ha reconocido la obra de seis mexicanos: Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sergio Pitol, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska y Fernando del Paso, quien lo recibió el año pasado.

Hoy la entrega de ese galardón y de otros 30 está en el aire. La voz de alarma saltó cuando desde la Secretaría de Estado de Cultura, presidida por José María Lasalle, se informó a todos los integrantes de los jurados de los premios convocados cada año que se aplazaba sine die la reunión prevista para hacer los fallos.

El texto era el siguiente: Por causas ajenas a nuestra voluntad, nos vemos obligados a aplazar la reunión del jurado del Premio Nacional de Literatura en la modalidad de narrativa, prevista para el 18 de octubre. Este aplazamiento se debe a la orden de cierre de ejercicio de 16 de julio de 2016, que impide la ejecución de los gastos no comprometidos con anterioridad al 20 de julio.

Eso supone que todos los fallos previstos para octubre y noviembre, incluido el del Cervantes, de momento no se celebrarán, al menos hasta que no se garantice que se les dotará con los fondos necesarios para fallarlos y entregarlos. Primero se tiene que resolver un problema aún mayor, que es la formación de un nuevo gobierno en España.

Incapacidad del Partido Popular

Desde las elecciones del pasado 20 de diciembre, en las que por primera vez en la historia reciente del país el parlamento quedó fragmentado en cuatro grandes bloques, hasta la fecha irreconciliables, no se ha podido hacer la transición al nuevo gobierno. Ante el persistente bloqueo se tuvo que convocar a nuevas elecciones, que se efectuaron el pasado 26 de junio, pero el resultado fue similar, si acaso ensanchó su victoria con respecto del resto de partidos el conservador Partido Popular (PP), ahora en el poder.

Sin embargo, no obtuvo la mayoría suficiente para formar gobierno y no ha sido capaz de llegar a acuerdos con otros grupos políticos que le permitan sacar adelante la investidura, para lo que requiere de mayoría absoluta.

La situación sigue bloqueada y se prevé que a finales de octubre se resuelva. Es decir, que finalmente alguno de los grupos parlamentarios de oposición facilite al menos la formación de un nuevo gobierno con su abstención o, si esto no ocurre, entonces se deberá convocar a nuevas elecciones, que se harían a finales de diciembre. Y supondría la paralización de las instituciones –incluida Hacienda y, por supuesto, las partidas presupuestarias para los premios– hasta mediados de marzo.

Desde el Ministerio de Cultura se ha hecho un llamamiento a la tranquilidad, con el convencimiento de que los premios nacionales se van a fallar sin problemas.