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Recibió un reconocimiento en la cancillería del país asiático

Mil Máscaras, el luchador mexicano más famoso en Japón

Es mi otra patria, dijo el gladiador, quien inició ahí su relación en 1971

Foto
Los luchadores Dos Caras y Mil Máscaras flanquean al embajador Akira Yamada, quien se enfunda una máscaraFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de octubre de 2016, p. a15

Si alguien pregunta en Japón quién es el mexicano más famoso, sin lugar a dudas la respuesta será: Mil Máscaras. El luchador de 74 años, quien aún sigue en activo, inició su relación con este país en 1971 y los resultados fueron delirantes.

Ese año hizo la primera visita y al llegar al aeropuerto de Tokio lo esperaban alrededor de un millar de aficionados, entre ellos niños, principalmente.

Las arenas se llenaban, los diarios y revistas, con tirajes de varios millones, cubrían la visita del luchador mexicano. El éxito creció a través del tiempo, hoy con aproximadamente 100 visitas a ese país.

Esta fue la reseña que hizo el embajador de Japón en México, Akira Yamada, quien entregó un reconocimiento a Mil Máscaras por estrechar los vínculos entre estos dos países. Lo dio en nombre del ministro de Asuntos Exteriores de aquella nación, Fumio Kishida, en una ceremonia en la residencia del señor Yamada.

En el intercambio de regalos, Mil Máscaras contó que un ritual que acostumbra cada que lucha en Japón es aventar a sus aficionados en la arena la máscara con la que subió al cuadrilátero. El luchador obsequió entonces la que portó durante el evento y se la entregó al embajador, quien sin pensarlo se la enfundó para posar como en una fotografía de fanáticos.

Mil Máscaras recordó que desde aquella visita de 1971 quedó prendado de Japón; tanto, que –acotó el embajador– participó en una lucha para recaudar fondos para las ciudades que resultaron dañadas durante el terremoto y tsunami de 1971.

Japón es mi otra patria, dijo emocionado el luchador. El diplomático no ocultaba su afición por una estrella que fue popular en los inicios de la televisión en su país en aquellos años.

Miró a su ídolo y cruzó los antebrazos en homenaje a la estrella mexicana más famosa en Oriente.