Más de 250 mil personas viven una aguda escasez de víveres, agua y medicinas
Domingo 2 de octubre de 2016, p. 23
Alepo.
El mayor hospital de los barrios rebeldes de esta ciudad, la segunda más importante de Siria, quedó fuera de servicio tras ser bombardeado ayer, la segunda vez esta semana, reportaron activistas y médicos, en momentos en que el ejército de Siria, con apoyo de la fuerza aérea de Rusia, prosigue con su intensa campaña militar en esta región para retomarla en su totalidad de manos de grupos opositores.
Rescatistas de la organización Cascos Blancos contaron que el edificio quedó muy dañado y dejó de funcionar totalmente tras la detonación de dos barriles explosivos. Los servicios fueron suspendidos parcialmente desde el miércoles por la detonación de un bomba. En el lugar había camas manchadas de sangre, material médico por el suelo y ventanas rotas, mientras personal del hospital evaluaba los daños.
El ataque dejó al menos un muerto y un número indeterminado de heridos, reportó el opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). Abu Jaafar Kaheel, jefe de los servicios médicos en el este de Alepo, detalló que entre las víctimas no hay personas ni trabajadores sanitarios, y que los pacientes fueron trasladadas a otros puestos médicos.
Unas 250 mil personas viven una aguda escasez de víveres, agua y medicinas en los barrios controlados por los insurgentes, la catástrofe humana más grave vista en Siria
, según la Organización de Naciones Unidas.
Paralelamente, el OSDH informó que el ejército ganó terreno en Suleiman Al Halabi, en el centro de la ciudad, por lo que se acerca a los barrios norteños de Bustan Al Basha, Hellok y Haydariye.