Río de Janeiro.

Miles de personas se volcaron este jueves a las calles en al menos 19 de los 27 estados de Brasil en protesta por la pérdida de derechos laborales y la reforma al sistema de pensiones impulsada por el presidente Michel Temer, quien asumió el poder tras la destitución de la izquierdista Dilma Rousseff.

Las manifestaciones fueron convocadas por la Central Única de los Trabajadores (CUT) y otros sindicatos en el Día Nacional de la Paralización y Movilización de las Categorías.

Los movimientos sociales Frente Brasil Popular y Povo sem Medo, que están ligados al izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) se sumaron a las protestas.

La CUT estimó en 26 mil el número de personas que marcharon; la mayor participación fue en Sorocaba, en el estado de Sao Paulo, con unas 7 mil.

En este contexto, el gobierno de Temer presentó su reforma educativa para la enseñanza secundaria, que prevé eliminar la obligatoriedad de las asignaturas de artes, filosofía y sociología.

Ganarán peso las matemáticas, el portugués y los idiomas extranjeros y el resto serán asignaturas optativas, al contrario que ahora, cuando los alumnos tienen que cursar obligatoriamente 13 asignaturas durante tres años.

Temer citó los buenos resultados educativos de Corea del Sur, que desde hace años apostó por una educación en tiempo integral, es decir, sin descanso a mitad del día. Se prevé que la carga horaria por alumno pase paulatinamente de las 800 horas anuales a mil 400, aunque la reforma no especifica el número mínimo de días lectivos ni el plazo que habrá para ese incremento.

Además, será obligatorio que todas las escuelas ofrezcan inglés como idioma extranjero y una segunda lengua, preferentemente el español (hasta ahora sólo debían ofrecer un idioma extranjero y podían elegir cuál).

Y en la ofensiva judicial contra el PT, el magistrado Sergio Moro, a cargo de la Operación Lavado Rápido, que investiga la corrupción en Petrobras, dispuso la libertad del ex ministro de Economía y Hacienda Guido Mantega, detenido por la mañana cuando acompañaba a su esposa a ingresar a un hospital para ser sometida a una cirugía por el cáncer que padece.

El presidente del PT, Rui Falcao, calificó el arresto de acto de inhumano y lamentó la teatralización y el gusto por el espectáculo de la Operación Lavado Rápido.

Mantega es acusado de pedir al empresario Eike Batista millón y medio de dólares para solventar deudas del PT, y el dinero se habría entregado de forma irregular, en forma de un falso contrato entre una de las empresas de Batista y la semiestatal Petrobras.

Mantega fue ministro de Economía y Hacienda entre 2006 y 2014, tanto en el gobierno de Lula como en el de Rousseff.

En tanto, Joao Paulo, candidato del izquierdista PT a la alcaldía de Recife, estuvo ayer acompañado de Lula en un acto proselitista.