Ser el mejor libra por libra en el boxeo significa estar en la cima. Por encima de todos los peleadores de cada división, tener el reconocimiento unánime de medios de comunicación y orga- nismos. El nicaragüense Román Chocolatito González goza hoy de este prestigio: es campeón en cuatro divisiones distintas, la más reciente el título supermosca del Consejo Mundial de Boxeo que le arrebató al mexicano Carlos Cuadras, y sus combates atraen la atención en Estados Unidos, donde los pesos pequeños no representan las mayores ganancias del boxeo.

Chocolatito se sabe reconocido como el mejor libra por libra, pero eso le tiene sin cuidado. Lo que le inquieta es escuchar que peleadores como el mexicano Saúl Canelo Álvarez y el kazajo Gennady Golovkin, posibles rivales en peso medio, hablan de ganancias incomparables con las que disputan los boxeadores de divisiones pequeñas.

Molesta que ellos hablen de millones de dólares y nosotros sólo de miles, reclamó el campeón supermosca que mide 1.61 metros.

Molesta porque nosotros también entregamos todo cuando peleamos y damos grandes actuaciones, pero debemos luchar mucho para que nos paguen lo que merecemos.

Por eso, tras vencer a Carlos Cuadras, Chocolatito no habla del próximo rival, si le daría la oportunidad a Cuadras o a otro mexicano que también venció, Francisco Gallo Estrada, porque entiende el boxeo como un juego de inversiones.

Versiones periodísticas informan que el nicaragüense recibió 400 mil dólares por su combate con Cuadras el 10 de septiembre pasado, mientras la oferta del Canelo para convencer a Golovkin es de 10 millones de dólares.

El boxeo no es un tema de miedo o valor. Es un mercado y más que pensar con quién quiero pelear pienso en quién dejará mayores ganacias, resume González.

En declaraciones a un diario nicaragüense, el mánager mexicano Ignacio Beristáin –integrante del Salón de la fama del boxeo– dijo que un peleador como el Chocolatito debería cobrar sueldos por arriba del millón de dólares, pero tiene que aprender a venderse en este negocio.

Chocolatito lo entiende y por eso aseguró que no se precipita para buscar a su próximo rival en una categoría, supermosca, en la que empieza su recorrido. Descansará lo que resta del año. Para el siguiente, el mejor libra por libra está haciendo sus cálculos como un inversionista reconocido.