Berlín.

El director de orquesta argentino-israelí Daniel Barenboim y el prestigioso arquitecto estadunidense Frank Gehry presentaron ayer una nueva sala de conciertos en Berlín.

En la sala Pierre Boulez se escuchará, desde marzo de 2017, una mezcla de músicas clásica y contemporánea, según anunció Barenboim.

En el concierto inaugural el 4 y 5 de marzo tocará el nuevo Boulez Ensemble con dirección de Barenboim y está previsto que haya unas 100 actuaciones por temporada.

La sala en forma de elipse, diseñada por Gehry, tiene capacidad para casi 700 espectadores, ninguno de los cuales estará sentado a más de unos pocos metros de los músicos. Quería lograr una intimidad entre los músicos y los espectadores, comentó el arquitecto. En una sala de conciertos es importante que el músico sienta el sentimiento del público, agregó.

Música por la paz

Ese recinto, que recuerda al fallecido gran compositor francés Pierre Boulez, es la pieza central de la Academia Barenboim-Said, ubicada en un edificio anexo al de la Ópera Estatal de Berlín (Staatsoper Unter den Linden) de la que Baremboim es director y en la que jóvenes músicos del mundo árabe y de Israel estudiarán juntos.

La escuela, en el centro de la capital alemana, eleva a una nueva dimensión la idea de la música como vehículo de entendimiento que el director argentino ya proyectó al mundo con su orquesta West Eastern Divan, cofundada con el fallecido intelectual palestino-estadunidense Edward Said.

En la segunda mitad de este año comenzarán los cursos para los primeros 30 estudiantes. A partir de 2018/2019 habrá hasta 90 alumnos en la escuela de música. Éstos serán acogidos en periodos de cuatro años para estudiar un instrumento, aunque también música y filosofía. Además del auditorio, el edificio tiene 21 salas de ensayo.

Para los costos de funcionamiento la academia recibirá a partir de 2017 unos 5.5 millones de euros al año (6 mil 7 millones de dólares) y a partir de 2019 esa cantidad se incrementará hasta 7 millones de euros anuales.

El costo del proyecto asciende a 33.7 millones de euros, de los que el Estado alemán aportará unos 20 millones y el resto será financiado por donantes privados.